Política

“El Mayo” Zambada: El Verdugo que Arrodilló a la Política Mexicana.

La pregunta ya no es si caerán.
La pregunta es cuándo.

Por: La Palabra Política.
CDMX, 27 de agosto del 2025.

México ha vivido bajo una sombra que nunca quiso enfrentar.
Un fantasma con rostro humano, Ismael “El Mayo” Zambada, que durante más de cincuenta años gobernó desde las tinieblas lo que los presidentes, generales y gobernadores jamás pudieron controlar: el poder real.

Ismael “El Mayo” Zambada.

Cinco presidentes de la República —Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador— observaron cómo, año tras año, el capo de capos levantaba un imperio criminal que se volvió Estado dentro del Estado. Ninguno lo tocó. Ninguno se atrevió. Ninguno quiso.
El silencio fue complicidad. La omisión, un pacto.

Mientras México miraba pasar gobiernos, elecciones y promesas, El Mayo construía con sangre y dinero la maquinaria criminal más grande del hemisferio.
Los partidos —PRI, PAN y MORENA— se llenaron de discursos de justicia, pero se vaciaron de dignidad. Porque todos, absolutamente todos, se sentaron a negociar con él. Gobernadores, senadores, alcaldes, empresarios, militares. Cada pieza del tablero político fue comprada, financiada o protegida por el mismo hombre que nunca necesitó aparecer en público para gobernar desde las sombras.

Ningún ex presidente de México, hizo lo posible por capturar a Ismael “El Mayo” Zambada.

La verdad es brutal: El Mayo no sólo compró políticos, compró la Presidencia de México. Pagó campañas, compró conciencias, impuso gobernadores, colocó alcaldes, amarró legisladores.
Por eso ningún presidente lo tocó: porque hacerlo significaba reconocer que su poder dependía del dinero del narco.

Y entonces, lo impensable: no fue México quien se atrevió a romper el pacto, fue el Presidente Donald J. Trump. El presidente de Estados Unidos, odiado por muchos y temido por otros, hizo lo que ninguno de los mandatarios mexicanos tuvo el valor de intentar: capturar al último gran capo.
Una jugada quirúrgica, sin balas, sin guerras inútiles, sin el teatro sangriento de captura. Bastó un movimiento para desnudar al sistema político mexicano entero.

Donald J. Trump, presidente de los Estados Unidos Americanos.

Hoy, la información que tiene en sus manos Ismael Zambada es dinamita pura. Nombres, cuentas, pactos, reuniones. Todo está en poder del gobierno de Estados Unidos. Y la clase política mexicana lo sabe. Tiembla. Porque ese expediente, esa caja de secretos, no es un archivo muerto: es un arma cargada que puede dispararse en cualquier momento.

La angustia se respira en los pasillos del poder.
Los políticos mexicanos entienden que ya no controlan la narrativa, ni el destino. Que su seguridad, su impunidad y su legado no dependen de sus pactos internos, sino de la voluntad de un hombre al norte del Río Bravo. Donald Trump posee el mapa de sus miserias, y cuando decida, los exhibirá como lo que siempre fueron: empleados de Ismael “El Mayo” Zamabada.

El verdadero jefe de jefes, Ismael “El Mayo” Zambada.

Ese es el verdadero terror que carcome a los políticos mexicanos.
Ya no es el miedo a perder una elección, un escaño o una gubernatura. Es el miedo a ser desenmascarados. A que el país descubra que sus discursos de transformación, democracia o modernidad, se levantaron sobre dinero manchado de sangre y cocaína.
Hoy el sistema político mexicano está desnudo, inerme, bajo la mirada de un imperio que ya conoce todos sus secretos.

“El Mayo” Zambada ya no es sólo un capo. Es el verdugo invisible de toda una clase política que vivió arrodillada ante él.
Su captura no es el fin de una historia criminal: es el principio de la pesadilla para quienes juraron defender a México y terminaron vendiéndolo al mejor postor.

La pregunta ya no es si caerán.
La pregunta es cuándo.

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