El Gobierno de Claudia Sheinbaum tiene frente a sí un reto titánico. Gobernar un país con profundas desigualdades internas y al mismo tiempo negociar con el país más poderoso del mundo.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 20 de enero del 2025.
El arribo de Donald J. Trump a la presidencia de los Estados Unidos marca el inicio de un periodo que promete ser una prueba sin precedentes para el Gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo. Con una retórica feroz y una política exterior enfocada en la supremacía estadounidense, la administración Trump plantea un panorama sombrío para México, donde la soberanía nacional podría enfrentarse a su mayor reto en décadas.

«México no es colonia de nadie».
La postura de la Presidenta Sheinbaum no deja lugar a interpretaciones. Sus declaraciones recientes, contundentes y patrióticas, reflejan un espíritu de defensa férrea del país frente a cualquier intento de subordinación. «México no es colonia de nadie, no es protectorado de nadie», afirmó con énfasis. Sin embargo, estas palabras, aunque inspiradoras, chocan con una realidad cruda: la asimetría de poder entre ambos países.
El retorno de Trump al poder augura una etapa de negociaciones ríspidas y, posiblemente, impositivas. Su gobierno no ha mostrado reparos en utilizar la presión económica y política para doblegar voluntades. Recordemos su amenaza de imponer aranceles a productos mexicanos en 2019 para forzar acuerdos migratorios; una estrategia que podría replicarse con mayor intensidad.

Un tablero de ajedrez sin ventaja para México.
La gobernanza de la presidenta Claudia Sheinbaum se enfrenta a una partida de ajedrez donde Estados Unidos parece mover las piezas con ventaja. Las declaraciones iniciales de Trump y su equipo de gobierno, liderado por figuras como el próximo Secretario de Estado Marco Rubio, reflejan una política agresiva y unilateral. Rubio, conocido por su enfoque rígido y su visión de la supremacía estadounidense, será un interlocutor difícil en temas cruciales como comercio, migración, seguridad y medio ambiente.
Para México, la situación es casi una encerrona. Su dependencia económica del mercado estadounidense, que representa más del 80% de sus exportaciones, limita el margen de maniobra del Gobierno Federal. A esto se suma la probable falta de disposición del equipo de Trump para negociar en términos equitativos.

El desafío de mantener la soberanía.
La presidenta Claudia Sheinbaum, una líder con una trayectoria de fortaleza y determinación, se enfrenta a un dilema crítico. Si bien ha manifestado su compromiso con la defensa de la soberanía nacional, la realidad de las relaciones internacionales y la política de poder de los Estados Unidos imponen límites claros. ¿Cómo equilibrar la necesidad de proteger los intereses nacionales con las presiones externas?
El margen para una política exterior independiente parece reducirse ante el implacable estilo de Trump. La narrativa de cooperación y diálogo, aunque necesaria, podría ser vista como debilidad por un gobierno estadounidense que no teme utilizar la coerción.

«México no es colonia de nadie».
Claudia Sheinbaum Pardo Presidenta de México
Un futuro incierto.
El escenario para México bajo esta nueva realidad no es alentador. La relación con Estados Unidos, aunque indispensable, promete ser una constante fuente de tensiones. Cada negociación, cada acuerdo, se perfilará como una batalla en la que las victorias serán escasas y las concesiones inevitables.
El Gobierno de Claudia Sheinbaum tiene frente a sí un reto titánico. Gobernar un país con profundas desigualdades internas y al mismo tiempo enfrentarse al país más poderoso del mundo exige no solo liderazgo, sino también una estrategia impecable. Sin embargo, en este tablero donde las reglas parecen favorecer siempre al mismo jugador, la esperanza de una relación equilibrada con Estados Unidos parece, lamentablemente, una ilusión.
Así, México inicia este capítulo con la sombra de una política exterior marcada por el pesimismo y la resignación, consciente de que los próximos años estarán definidos por una lucha constante por mantener su lugar en el mundo.