El Segundo Piso de la Cuarta Transformación no será fácil de construir, pero la Presidenta Sheinbaum ha demostrado que tiene el temple, la visión y el compromiso.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 26 de diciembre del 2024.
A casí tres meses de haber asumido la presidencia de México, Claudia Sheinbaum Pardo se consolida como un símbolo de continuidad y evolución en la política nacional. Su llegada al poder no solo marca un hito histórico como la primera mujer en ocupar la Presidencia de la República, sino que también inaugura una etapa clave en la construcción del «Segundo Piso de la Cuarta Transformación», la evolución del proyecto que Andrés Manuel López Obrador inició en 2018.
El ascenso de una líder.
Sheinbaum Pardo no es una figura improvisada en la política mexicana. Su trayectoria combina la disciplina académica, la militancia política y una gestión reconocida por su enfoque técnico y social. Formada como científica, con un doctorado en ingeniería energética, su incursión en la política inició al lado de López Obrador durante su administración en la Ciudad de México. Como jefa de gobierno de la capital del país (2018-2023), Claudia Sheinbaum demostró ser una operadora eficaz de los principios de la Cuarta Transformación: austeridad republicana, combate a la corrupción y políticas públicas centradas en los más vulnerables.
Esa experiencia fue crucial para consolidarla como la candidata natural para dar continuidad al proyecto de transformación. Su campaña presidencial estuvo marcada por un mensaje de unidad, una propuesta de profundización de las políticas sociales y la promesa de construir sobre los cimientos que López Obrador dejó.
La continuidad del legado de AMLO.
Sheinbaum ha asumido la presidencia con una visión clara: no solo continuar, sino fortalecer el proyecto de transformación iniciado en 2018. Su discurso inaugural fue un tributo a su predecesor, reconociendo los avances en la reducción de la pobreza, el combate a la corrupción y la reconfiguración de la relación entre el gobierno y el pueblo. Sin embargo, también dejó claro que su administración buscará un estilo propio, adaptándose a los nuevos desafíos que enfrenta México en 2025.
Entre los aspectos más destacados de su gestión inicial se encuentra la consolidación de los programas sociales como pilares fundamentales de su gobierno. Ha prometido ampliar el alcance de iniciativas como las pensiones para adultos mayores, las becas para estudiantes y los apoyos directos al campo. Además, ha priorizado proyectos de infraestructura emblemáticos, como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico, aunque también ha anunciado revisiones técnicas para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
El liderazgo en el Segundo Piso de la Cuarta Transformación.
El concepto del «Segundo Piso de la Cuarta Transformación» ha sido un eje narrativo clave en estos primeros meses de gobierno. Este término no solo simboliza continuidad, sino también evolución. La Presidenta Claudia Sheinbaum sabe que su reto no es simplemente administrar los logros del pasado, sino construir sobre ellos.
Entre las primeras acciones de su gobierno, destaca la conformación de un gabinete diverso y altamente técnico, con figuras que representan tanto la experiencia de los gobiernos previos como nuevas voces comprometidas con la transformación. Esto ha permitido que las primeras decisiones de su administración se perciban como medidas firmes, orientadas al bienestar social y a la estabilidad económica.
En materia de seguridad, la Presidenta Sheinbaum ha apostado por la continuidad de la Guardia Nacional bajo un esquema de mayor supervisión civil. Ha reiterado su compromiso con el fortalecimiento de las policías estatales y municipales, y ha iniciado una serie de mesas de diálogo con gobiernos locales para coordinar estrategias de seguridad integral.
Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Los retos de los primeros meses.
Los primeros 90 días de gobierno no han estado exentos de retos. El escenario político interno, marcado por tensiones y divisiones dentro de MORENA, ha puesto a prueba su capacidad de liderazgo. La presidenta ha tenido que mediar entre distintos grupos al interior del movimiento, asegurando que las luchas internas no distraigan la atención de las prioridades nacionales.
En el ámbito internacional, la llegada de Donald J. Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado incertidumbre en la relación bilateral. Sheinbaum ha reiterado su compromiso con la defensa de los intereses de México y ha apostado por una diplomacia pragmática que combine firmeza y diálogo.
En lo económico, su administración enfrenta el reto de mantener la estabilidad en un contexto global adverso. La presidenta ha iniciado conversaciones con el sector empresarial y académico para garantizar que las políticas públicas promuevan la inversión y el crecimiento sin sacrificar los principios de justicia social.
Una presidenta para el nuevo México.
La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se ha presentado como una líder que combina la firmeza con la sensibilidad. Su estilo de gobierno, caracterizado por la cercanía con la gente y una comunicación clara, ha sido bien recibido por amplios sectores de la población. Sin embargo, también enfrenta el escrutinio constante de la oposición y de una ciudadanía que espera resultados concretos en el corto plazo.
Estos primeros meses han sido una muestra de su capacidad para manejar la complejidad del cargo más alto del país. Ha dejado claro que la Cuarta Transformación no es solo un proyecto político, sino una visión de nación que busca sentar las bases de un México más justo, igualitario y próspero.
El camino hacia adelante.
El 2025 será un año crucial para Claudia Sheinbaum y para México. Con un horizonte lleno de desafíos, desde la consolidación de los programas sociales hasta la gestión de la relación con Estados Unidos, su presidencia será una prueba de su capacidad para liderar en tiempos de cambio.
El Segundo Piso de la Cuarta Transformación no será fácil de construir, pero la Presidenta Sheinbaum ha demostrado que tiene el temple, la visión y el compromiso para llevar a México hacia una nueva etapa de desarrollo. Estos primeros tres meses son apenas el comienzo de un legado que busca trascender las fronteras del tiempo y consolidar una transformación que beneficie a todas y todos los mexicanos.
