Política

Omar García Harfuch: el estratega en la batalla contra el crimen organizado.

La lucha contra el crimen organizado no es una carrera de velocidad, sino batalla de tiempo y resistencia.

Por: La Palabra Política.
CDMX, 27 de enero del 2025.

En el complejo entramado de la seguridad nacional, Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de México, encabeza una lucha sin tregua contra un enemigo que se ha transformado en una hidra de múltiples cabezas: el narcotráfico y el crimen organizado. Con apenas cien días en el cargo dentro del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, García Harfuch ha comenzado a diseñar una estrategia que promete ser un parteaguas en el combate contra este fenómeno que, desde los años 70 y 80, ha erosionado las instituciones y la tranquilidad de los mexicanos.

Mtro. Omar García Harfuch Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de México.

El desafío de enfrentar al monstruo sin cabeza.

El narcotráfico en México no es un fenómeno nuevo. Durante décadas, ha evolucionado, diversificado sus actividades y expandido su influencia, no solo en términos económicos, sino también en el tejido social y político del país. Lo que en sus inicios parecía un problema regional, limitado al tráfico de drogas, se ha convertido en un aparato transnacional capaz de desestabilizar regiones enteras.

A medida que los gobiernos han intentado frenar su avance, el crimen organizado ha demostrado una capacidad inquietante para adaptarse y reinventarse. Al capturar o eliminar a un líder de un cártel, surgen otros dos o tres en su lugar, fortaleciendo así la idea de que este problema es una «hidra», un monstruo mitológico que parece invencible.

García Harfuch, consciente de esta complejidad, se enfrenta al desafío con una mezcla de experiencia operativa, conocimiento estratégico y una claridad inusual en su discurso. A diferencia de sus predecesores, no promete una victoria rápida ni simple, pero sí una lucha constante y meticulosa para devolver la paz a los ciudadanos.

México más de 20 años con la guerra del narcotráfico.

Una nueva visión en el combate al crimen.

El perfil de Omar García Harfuch no es el de un político tradicional. Formado como estratega y operativo, su trayectoria lo ha colocado en el ojo del huracán en los momentos más críticos de la lucha contra el crimen organizado. Desde su desempeño como jefe de la policía de la Ciudad de México, donde lideró operativos clave y transformó el enfoque policial en la capital, hasta su actual posición en el gabinete federal, García Harfuch ha demostrado que la clave no es solo atacar los síntomas del problema, sino trabajar en su raíz.

El Secretario ha apostado por una estrategia que combina el uso de inteligencia, tecnología y la reconstrucción del tejido social. Sabe que el narcotráfico no solo se alimenta del tráfico de sustancias ilegales, sino también de las condiciones de desigualdad, marginación y falta de oportunidades que afectan a millones de mexicanos. Su enfoque, por lo tanto, no solo busca golpear a las estructuras criminales, sino también evitar que estas encuentren terreno fértil para seguir creciendo.

La hidra del narcotráfico: un enemigo en constante evolución.

El crimen organizado en México no solo opera con armas y violencia, sino también con un poder corruptor que se infiltra en instituciones públicas, comunidades y sectores económicos. García Harfuch entiende que el combate al narcotráfico no es solo una guerra física, sino también una batalla contra la corrupción y la impunidad.

El reto, sin embargo, es monumental. Los cárteles no solo se han fortalecido a nivel interno, sino que han diversificado sus negocios, controlando desde el tráfico de drogas hasta la extorsión, el secuestro, la trata de personas y el lavado de dinero. A esto se suma su capacidad para operar con tecnología avanzada y redes internacionales, lo que convierte a esta batalla en un desafío global.

En marcha «Operativo Enjambre».

Los primeros pasos del nuevo gobierno.

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y su secretario Omar García Harfuch han iniciado con fuerza, pero también con prudencia. A cien días de su administración, las bases de su estrategia de seguridad están apenas asentándose. Harfuch ha dejado claro que no habrá resultados inmediatos y que el camino será largo y tortuoso. Sin embargo, ha enfatizado que la clave está en la resiliencia, la planeación y la ejecución constante.

Entre las primeras acciones del nuevo gobierno destaca el fortalecimiento de las capacidades de las fuerzas de seguridad, el aumento en el uso de tecnología de inteligencia y un enfoque en las comunidades más afectadas por la violencia. Además, la coordinación con los estados y municipios será fundamental para garantizar que la estrategia se implemente de manera uniforme en todo el territorio.

La dualidad del reto: violencia y percepción.

Uno de los mayores desafíos para García Harfuch y la presidenta Sheinbaum no es solo reducir los índices de violencia, sino también cambiar la percepción de inseguridad que predomina en la sociedad. La confianza ciudadana en las instituciones de seguridad ha sido golpeada durante años, y reconstruirla será una tarea titánica.

El secretario sabe que para ganar esta confianza no basta con discursos, sino con resultados tangibles: comunidades más seguras, procesos judiciales eficientes y una sensación de justicia palpable para las víctimas de la violencia.

El caballo indomable del narcotráfico.

El narcotráfico, como un caballo desbocado, representa una fuerza que ha impactado a todos los sectores de la sociedad mexicana. La administración actual, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, tiene claro que no habrá paz ni gobernanza plena mientras este problema siga latente. Para ello, García Harfuch y su equipo se han convertido en los principales jinetes en esta batalla, buscando no solo frenar al caballo, sino domarlo y devolverle al país el control de su destino.

Un largo camino por recorrer.

La lucha contra el crimen organizado no es una carrera de velocidad, sino una maratón. García Harfuch ha asumido esta misión con una mezcla de realismo y determinación, sabiendo que los resultados no serán inmediatos y que las críticas serán inevitables. Pero también entiende que su trabajo no es buscar aplausos, sino sentar las bases para un México más seguro, donde las generaciones futuras puedan vivir en paz.

La hidra del narcotráfico sigue siendo un enemigo formidable, pero en Omar García Harfuch, México tiene a un estratega dispuesto a enfrentarla con todas las herramientas a su disposición. Su legado, al igual que el de la administración de Claudia Sheinbaum, dependerá de su capacidad para resistir, innovar y transformar una lucha que, por años, ha parecido interminable.

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