Su llamado a cerrar filas y a rechazar a aquellos que no comparten la visión transformadora es, sin duda, un paso necesario para preservar el proyecto de nación.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 25 de febrero del 2025.
En el vibrante pero convulso universo político mexicano, pocos fenómenos resultan tan paradigmáticos como la transformación de un partido en el que, tras su meteórico ascenso, las alianzas se forjan sobre conveniencias y no sobre principios. Morena, la gran apuesta del cambio, hoy se encuentra en una encrucijada interna en la que las divisiones se hacen cada vez más evidentes. En este escenario, el Gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, emerge como un faro de integridad y compromiso, alzando la voz en defensa de los valores que dieron origen al movimiento obradorista.

El Legado del Cambio y la Traición a sus Principios.
Cuando el expresidente Andrés Manuel López Obrador lanzó su proyecto de transformación, lo hizo con la premisa de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”. Ese ideal revolucionario atrajo a una diversidad de actores dispuestos a abandonar las viejas estructuras del PRI y el PAN. Sin embargo, en la vorágine del poder, muchos de aquellos que alguna vez criticaron al líder obradorista, encontraron en Morena un refugio para perpetuar viejas prácticas. Así, figuras como Miguel Ángel Yunes Márquez y Alejandro Murat Hinojosa se infiltraron en las filas del partido, rompiendo con la esencia que impulsó el cambio.
Para Salomón Jara Cruz, esto es inaceptable. Su trayectoria en Oaxaca lo ha forjado como un defensor acérrimo de los principios del obradorismo. Para él, la adhesión de ex-panistas, expriístas y ex-oligarcas a Morena no es más que lambisconería política, un intento de «lamer zapatos» en aras de conservar el poder, sin importar el precio que ello implique para la honestidad y la cohesión del movimiento.

Cerrando Filas: La Alianza Estratégica con la Gobernadora Rocío Nahle.
En este contexto, la posición de Salomón Jara se enmarca en un llamado urgente a la unidad. La Gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, ha sido también una voz fuerte contra la infiltración de políticos oportunistas en Morena. Ambas líderes, comprometidas con la verdadera Cuarta Transformación, han coincidido en que no se puede permitir que aquellos que traicionaron la lucha contra la corrupción y el poder oligárquico entren a debilitar el movimiento.
La denuncia de Jara Cruz a la presidenta del partido, Luisa Alcalde Luján, resuena con fuerza en todos los ámbitos: desde la militancia hasta la opinión pública. Su mensaje es inequívoco: los formadores del movimiento no tolerarán que la esencia transformadora de Morena sea contaminada por aquellos que llegaron para lucrar con el poder. Esta postura, aunque contundente y polarizadora, busca proteger la integridad del proyecto y evitar que se repita el destino de partidos que, al igual que el PRI y el PAN, se fragmentaron por intereses particulares.
El Impacto de la División Interna en la Cuarta Transformación.
La lucha interna en Morena es una realidad que amenaza con minar los logros de la Cuarta Transformación. Los pactos y acuerdos que en su momento permitieron la victoria electoral han dejado cicatrices que hoy se traducen en fisuras profundas y divisiones irreconciliables. Los «puros» del movimiento, aquellos que se han mantenido fieles a los principios del cambio, se sienten traicionados por la entrada de figuras que solo buscan beneficiarse a sí mismos.
En este contexto, el llamado de Salomón Jara Cruz no es solo una denuncia, sino un grito de alerta para toda la nación. Si Morena se deja fragmentar desde adentro, corre el riesgo de convertirse en otro partido hegemónico, vacío de ideología y de compromiso social. La integridad del movimiento, y por ende el futuro de la transformación en México, depende de la capacidad de sus líderes para depurar las estructuras internas y mantener viva la esencia revolucionaria que lo originó.

Un Futuro en Juego.
La política mexicana se encuentra en una encrucijada. Mientras el poder se distribuye entre quienes defienden los ideales de cambio y aquellos que buscan perpetuar prácticas del pasado, el futuro de Morena y de la Cuarta Transformación pende de un hilo. Salomón Jara Cruz, con su postura firme y su incansable compromiso, se erige como una figura crucial en esta lucha interna.
Su llamado a cerrar filas y a rechazar a aquellos que no comparten la visión transformadora es, sin duda, un paso necesario para preservar el proyecto de nación que, hace décadas, se forjó con el sueño de un México justo y libre de corrupción. La batalla por el alma de Morena se libra en los pasillos del poder, y el verdadero cambio dependerá de la capacidad de sus líderes para mantener la unidad y la pureza ideológica en un entorno lleno de tentaciones y divisiones.
En el ajedrez político de México, la jugada de Salomón Jara Cruz podría marcar la diferencia entre la consolidación de un movimiento revolucionario y la repetición de errores del pasado. La historia está por escribirse, y el futuro del cambio depende de decisiones como las que él ha tomado hoy.

