El segundo mandato de Mauricio Tabe Echartea en Miguel Hidalgo no será un gobierno de “miel sobre hojuelas”.
Por: La Palabra Política.
Miguel Hidalgo, CDMX 2 de octubre del 2024.
Mauricio Tabe Echartea, Alcalde de la Delegación Miguel Hidalgo en la Ciudad de México, inicia un segundo mandato que se perfila como uno de los más desafiantes en su carrera política. Miembro del Partido Acción Nacional (PAN), Tabe ha sido un fuerte crítico de las políticas impulsadas por MORENA y sus líderes, y ha construido su imagen como un opositor firme, capaz de remar contra la corriente en una Ciudad de México que, por ahora, sigue dominada por el proyecto de la Cuarta Transformación. Sin embargo, en esta nueva etapa, gobernar como oposición exigirá más que críticas. Implicará la necesidad de una estrategia política más madura, orientada a la negociación y a la creación de consensos.
El éxito de Tabe en las urnas, que le permitió reelegirse como alcalde, es un reflejo de la solidez de su gestión anterior. Sus proyectos de infraestructura, seguridad y bienestar social fueron bien recibidos por los habitantes de Miguel Hidalgo, quienes valoraron su desempeño administrativo. Sin embargo, en política, lo que funciona en una etapa no siempre garantiza el éxito en la siguiente. En este nuevo contexto político, con Claudia Sheinbaum Pardo como la primera presidenta de México y Clara Brugada Molina como la próxima Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Tabe enfrenta un reto que va más allá de la gobernanza tradicional. La política, más que nunca, será la clave para mantener la estabilidad y avanzar en su delegación.
El desafío principal de Tabe no radica en la implementación de políticas públicas. Ya ha demostrado que sabe gobernar. El verdadero reto será definir su postura como político de oposición en un entorno en el que su partido, el PAN, junto con sus aliados del PRI, ha perdido poder y se encuentra en una posición minoritaria tanto en la Ciudad de México como a nivel nacional. ¿Debe Tabe continuar con su línea crítica hacia MORENA, exponiéndose a un desgaste político continuo? ¿O es momento de replantear su estrategia, abandonar el golpeteo y optar por una postura más conciliadora?
La respuesta a estas preguntas determinará en gran medida el éxito de su segundo mandato. Si Tabe elige continuar como un opositor férreo, podría caer en el riesgo de quedar aislado en una Ciudad de México que se mueve bajo la dirección de Claudia Sheinbaum y Clara Brugada. MORENA tiene el control de las principales palancas de poder en el país y en la capital, lo que deja al PAN en una posición donde el confrontamiento podría resultar contraproducente. La gobernabilidad no depende solo de tener buenos proyectos o políticas; requiere la capacidad de negociar y construir puentes, especialmente en tiempos donde la oposición es débil.
Tabe ha mencionado en sus redes sociales que busca gobernar con paz y tranquilidad. Si realmente quiere cumplir esa promesa, tendrá que ajustar su enfoque. La política de oposición radical podría generar tensiones innecesarias en su administración y afectar su capacidad de gestionar proyectos clave para la delegación. Gobernar “sin color”, como un líder sin la camiseta partidista, podría ser la mejor opción para sortear los desafíos que vienen. Esto no significa abandonar sus principios o convicciones, sino más bien adaptar su estrategia a las nuevas circunstancias, donde los tiempos son cortos y la oposición carece de poder real.
El 2027 se encuentra a la vuelta de la esquina, y los tiempos en la política mexicana son implacables. Las horas se convierten en minutos cuando se trata de consolidar un proyecto de gobierno, y la cuenta regresiva para Tabe ha comenzado. Gobernar Miguel Hidalgo será más complejo que en su primer mandato, ya que ahora tendrá que lidiar no solo con los problemas propios de la delegación, sino también con la dinámica política de una Ciudad de México bajo el control de MORENA y el liderazgo nacional de Claudia Sheinbaum.
En resumen, el segundo mandato de Mauricio Tabe Echartea en Miguel Hidalgo no será un gobierno de “miel sobre hojuelas”. Aunque tiene el respaldo de su gestión anterior y la confianza de los ciudadanos que lo reeligieron, deberá enfrentar un entorno político mucho más complicado. El éxito de su administración dependerá de su capacidad para navegar entre ser un alcalde opositor y un político pragmático que entiende que, en estos tiempos, gobernar con inteligencia política es tan importante como implementar buenos proyectos. Los próximos tres años serán decisivos para Tabe y para el PAN en la Ciudad de México.