La cuenta regresiva para Mendoza Acevedo ha comenzado.
Por: La Palabra Política.
Benito Juárez, CDMX 2 de octubre del 2024.
Luis Mendoza Acevedo, el nuevo alcalde de la delegación Benito Juárez en la Ciudad de México, asume su cargo tras un triunfo electoral que lo coloca en el epicentro de una de las pocas demarcaciones retenidas por la oposición en un escenario político dominado por MORENA. Su victoria no solo marca un hito en una batalla política en la que la hegemonía del partido oficialista es innegable, sino que también abre un capítulo crucial para su liderazgo: cumplir las promesas de campaña y, sobre todo, definir el tipo de gobierno que quiere encabezar en un entorno político complejo.
La delegación Benito Juárez, tradicionalmente gobernada por el PAN, es un bastión de la oposición en la Ciudad de México, y Mendoza Acevedo hereda un gobierno bien estructurado, con estrategias y programas ya trazados por su antecesor, Santiago Taboada. Este legado le ofrece una ventaja, pues no tiene que construir desde cero, pero también le plantea el reto de ir más allá de la administración técnica para incursionar en la política de alto nivel. Gobernar una de las delegaciones más prósperas de la capital bajo un panorama político en el que MORENA domina tanto en la ciudad como a nivel nacional, exige habilidades que trascienden el buen manejo de programas sociales y de infraestructura.
La tarea de Mendoza Acevedo no será sencilla. La línea de trabajo trazada por su antecesor le permite enfocarse en otros frentes más complejos: la construcción de acuerdos políticos, la creación de consensos, y la capacidad de negociar con actores que no siempre estarán alineados con su visión. Entre estos actores se encuentran Clara Brugada, la próxima Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y Claudia Sheinbaum Pardo, quien asumirá la presidencia de la República. Ambos, figuras clave de MORENA, tendrán un peso determinante en las políticas públicas y los recursos que lleguen a Benito Juárez.
Aquí es donde radica la gran interrogante para Mendoza Acevedo: ¿será un alcalde de oposición que busque la confrontación, o un alcalde que entienda la importancia de generar consensos y pactos en un entorno donde su partido, el PAN, no es el que marca la pauta? Este dilema será central en su administración y definirá el tono de su gobierno. Gobernar en solitario o en constante conflicto con la administración central de la Ciudad de México y el gobierno federal podría aislarlo políticamente y dificultar la ejecución de proyectos clave. En cambio, una estrategia de apertura, negociación y acuerdos con MORENA podría no solo beneficiar a Benito Juárez, sino también posicionarlo como un líder de oposición que sabe actuar con pragmatismo.
Mendoza Acevedo tiene ante sí un doble desafío. Por un lado, debe cumplir las expectativas de sus votantes, quienes lo eligieron con la esperanza de que continúe el estilo de gobierno eficiente y cercano que caracterizó a su predecesor. Por otro lado, está la necesidad de demostrar que, en un escenario de polarización política, es capaz de tender puentes y lograr resultados concretos para su demarcación. Si bien tiene la oportunidad de continuar con los proyectos ya establecidos, su verdadera prueba será la capacidad de liderar en un contexto donde el poder real está en manos de sus adversarios políticos.
El nuevo alcalde de Benito Juárez tendrá que decidir qué tipo de líder quiere ser. ¿Optará por la confrontación y el discurso opositor férreo, arriesgándose a un aislamiento político? ¿O adoptará una postura más conciliadora, abriendo espacios de diálogo y acuerdos con MORENA, y por ende, con la próxima Jefa de Gobierno, Clara Brugada, y la Presidenta Electa, Claudia Sheinbaum? En un entorno político dominado por MORENA, los pactos y la negociación no solo serán una opción, sino una necesidad.
Además, el tiempo es un factor crucial. La cuenta regresiva para Mendoza Acevedo ha comenzado, y él es consciente de que los tiempos en la política no se manejan con la misma dinámica que en el sistema burocrático. Los plazos son cortos, las horas se transforman en minutos y el reloj político ya empezó a correr. Aunque su mandato recién comienza, el 2027 ya se asoma en el horizonte, lo que lo coloca ante la necesidad de actuar con rapidez y decisión. En este sentido, será él quien marque la pauta, pero los márgenes de acción son limitados y el espacio para cometer errores es cada vez menor.
Al final del día, la administración de Luis Mendoza Acevedo no solo será evaluada por la continuidad de los programas y proyectos heredados, sino también por su capacidad de hacer política de manera estratégica. Si logra articular una oposición responsable, que critique cuando sea necesario pero que también construya y pacte cuando la situación lo demande, su liderazgo podría consolidarse no solo en Benito Juárez, sino a nivel capitalino y nacional.
En un México que transita hacia una nueva etapa política con la primera mujer presidenta al frente y con la Cuarta Transformación en su fase de consolidación, el papel de Mendoza Acevedo como alcalde de oposición será crucial para definir el futuro de la delegación y, potencialmente, del partido que representa. La política ya no es solo gobernar bien, sino también saber navegar en las aguas turbulentas de los consensos y las alianzas.
