La oposición, liderada por el PRI y el PAN, está desplegando una estrategia mezquina para debilitar el próximo gobierno de Claudia Sheinbaum.

Por: La Palabra Política.

CDMX, 12 de agosto del 2024.

A medida que se aproxima la toma de posesión de Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta de México, los intereses mezquinos de ciertos grupos económicos, sociales y políticos han comenzado a tejer estrategias para debilitar y fisurar el proyecto de la Cuarta Transformación. Estos sectores, opuestos a los cambios estructurales que Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador han impulsado, buscan dividir ideológicamente a la sociedad mexicana y crear un ambiente de inestabilidad social. La reciente controversia sobre la supuesta sobrerepresentación de Morena en el Senado y la Cámara de Diputados es solo un ejemplo de cómo estos grupos manipulan el discurso para desacreditar al próximo gobierno.

Coalición opositora al movimiento y al proyecto de nación de la próxima Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

La estrategia de la oposición: Hipocresía y manipulación.

Desde hace meses, partidos como el PRI y el PAN, junto con otros opositores, han alzado la voz para denunciar lo que llaman un «atropello a la democracia». Argumentan que Morena podría lograr una mayoría aplastante en el Congreso, lo que según ellos, amenazaría el equilibrio de poderes y la democracia en México. Sin embargo, esta narrativa es profundamente hipócrita y manipuladora.

Es fundamental recordar que tanto el PRI como el PAN han sido los artífices de una hegemonía política que duró décadas. El PRI gobernó México por más de 80 años con mano de hierro, consolidando un control casi absoluto sobre el poder legislativo, ejecutivo y judicial. Durante su mandato, la democracia fue más una ilusión que una realidad, con elecciones cuestionables y un manejo del poder que favorecía a una élite privilegiada. El PAN, aunque con un discurso de alternancia y cambio, no fue diferente en sus 12 años en el poder. Implementaron políticas económicas que beneficiaron a los grandes empresarios y a los grupos de poder, mientras la mayoría de los mexicanos continuaban enfrentando desigualdad y falta de oportunidades.

Enrique Peña Nieto, Felipe Caldero, el PRI y el PAN han vivido por sexenios el amasiato del capitalismo mexicano.

Ahora, estos mismos partidos que monopolizaron el poder durante tanto tiempo, se presentan como defensores de la democracia y el equilibrio de poderes. Su repentina preocupación por la democracia no es más que una estrategia para recuperar el control que perdieron ante el ascenso de Morena y el liderazgo de López Obrador. Están creando un ambiente de tensión y división en la sociedad mexicana, no por un genuino interés en proteger las instituciones democráticas, sino para salvaguardar sus intereses económicos y políticos.

Claudio X González, empresario mexicano siempre ha estado protegiendo los intereses políticos de las derechas en México para sus intereses empresariales.

El temor a la Cuarta Transformación.

La verdadera razón detrás de esta campaña de desprestigio es el temor que sienten estos grupos ante la consolidación de la Cuarta Transformación. Claudia Sheinbaum, como continuadora del proyecto de López Obrador, representa una amenaza directa a los privilegios que el PRI y el PAN construyeron durante sus años en el poder. El proyecto de Morena busca no solo mantener, sino profundizar los cambios que han permitido un mayor acceso a derechos sociales y una redistribución más justa de la riqueza.

Estos grupos de poder, que han lucrado con el modelo neoliberal durante casi un siglo, no pueden aceptar un gobierno que busque limitar sus excesos y redistribuir el poder y los recursos de manera más equitativa. Es por ello que están dispuestos a usar cualquier táctica, por más ruin que sea, para desacreditar a Sheinbaum y a Morena. Su objetivo es claro: sembrar dudas, dividir a la sociedad y crear un ambiente de inestabilidad que debilite al próximo gobierno desde su inicio.

El soporte, la fuerza de la próxima Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo son 36 millones de votos, que le otorgaron la mayoría de los mexicanos.

La solidez del proyecto de Sheinbaum y Morena.

A pesar de estos ataques, es importante destacar que el proyecto de Claudia Sheinbaum cuenta con un respaldo popular sólido, demostrado en las urnas. Morena ha logrado consolidarse como la fuerza política dominante en México, no solo por su capacidad para movilizar a las masas, sino porque ha logrado conectar con las necesidades y aspiraciones de la mayoría de los mexicanos. El control que Morena tiene en el Congreso es el resultado de un proceso democrático en el que los votantes decidieron, de manera libre y soberana, darle un mandato claro a Sheinbaum y a su equipo para continuar con la Cuarta Transformación.

Los intentos de la oposición por crear una narrativa de «atropello a la democracia» no solo son falsos, sino que demuestran su desesperación. No han podido aceptar que los tiempos han cambiado, que el poder ya no está concentrado en sus manos y que el pueblo mexicano ha optado por un modelo de gobierno diferente, que prioriza el bienestar social y la justicia sobre los intereses de las élites.

La próxima Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo y el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador están en la conversión de un nuevo país.

La oposición, liderada por el PRI y el PAN, está desplegando una estrategia mezquina para debilitar el próximo gobierno de Claudia Sheinbaum, utilizando tácticas que van desde la manipulación mediática hasta la creación de un ambiente de tensión social. Sin embargo, el respaldo popular hacia el proyecto de la Cuarta Transformación es un testimonio del deseo de los mexicanos por un cambio real y duradero. Sheinbaum y Morena, con el apoyo de millones de ciudadanos, tienen la capacidad de resistir estos ataques y continuar con el legado de López Obrador, trabajando por un México más justo, equitativo y democrático. Los intentos de la oposición por dividir y desestabilizar serán inútiles frente a la fuerza del voto popular y la determinación de un pueblo que ha decidido no volver al pasado.

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