Política

La Purga Interna en MORENA: La Guerra por el Poder Ha Comenzado.

La guerra interna ha comenzado. Y en política, el poder nunca se regala, siempre se disputa.

Por: La Palabra Política.
CDMX, 13 de febrero del 2025.

MORENA nació como un movimiento con un propósito claro: romper con el viejo régimen de privilegios, corrupción y cuotas de poder. Pero en su camino al dominio político, tuvo que hacer concesiones, pactar con actores ajenos a su esencia y abrir espacios a personajes que no comparten su ideología, sino que llegaron por conveniencia, no por convicción.

Esa estrategia funcionó. MORENA arrasó en las elecciones y consolidó su dominio en la Presidencia, el Congreso, los estados y los municipios. Hoy, el partido es el poder absoluto en México. Pero, como en toda hegemonía, el verdadero reto no es conquistar el poder, sino mantenerlo sin que las fisuras internas lo destruyan desde adentro.

Y es ahí donde comienza la purga.

Los pactos que llevaron a MORENA a la cima tienen un precio, y ese precio es la lealtad dividida dentro de sus filas. Gobernadores, alcaldes, legisladores y funcionarios que no comulgan con la ideología obradorista han ocupado posiciones clave gracias a acuerdos de conveniencia. Hoy, MORENA es un gigante con diferentes cabezas, cada una jalando para su propio lado.

Y cuando el poder está en juego, la guerra interna es inevitable.

Movimiento de Regeneración Nacional.

El choque de cúpulas: la fractura dentro de MORENA.

Las señales de fractura dentro de MORENA son cada vez más visibles. Los conflictos internos ya no se ocultan tras bambalinas, sino que han salido a la luz pública.

Por un lado, está la línea dura del movimiento: los leales al obradorismo, los que creen en la 4T como un proyecto de transformación real. Son los que buscan cerrar filas, limpiar la casa y erradicar a los oportunistas que llegaron por simple cálculo político.

Del otro lado, están los infiltrados del viejo régimen, los que no creen en la transformación, pero encontraron en MORENA una vía para seguir en el poder. Son pragmáticos, operadores políticos que estuvieron en el PRI, PAN, PVEM, PRD y ahora visten de guinda porque ahí está el poder.

Y en medio de ambos bandos está Luisa María Alcalde Luján, la actual presidenta del partido, intentando contener el incendio con discursos de unidad. Minimiza el conflicto, llama a la calma, pero la militancia y los votantes ven la realidad: el choque de fuerzas dentro de MORENA es innegable y cada día se agudiza más.

La pregunta no es si habrá una purga interna, sino cuándo y cómo se ejecutará.

Luisa María Alcalde Luján Presidenta Nacional de MORENA.

MORENA enfrenta su mayor crisis interna.

MORENA tiene el poder, pero su peor momento está por llegar. La historia política de México ya nos ha mostrado este escenario antes.

El PRI gobernó por décadas con una estructura de poder monolítica, pero cuando abrió sus puertas a oportunistas y a grupos de interés sin identidad ideológica, se fue pudriendo desde adentro hasta colapsar. El PAN, que logró arrebatarle el poder al PRI, no pudo sostener su hegemonía porque las disputas internas y la falta de identidad lo debilitaron.

¿Le pasará lo mismo a MORENA?

El riesgo es real. Si MORENA no depura su estructura, si no separa a los verdaderos militantes de los que solo buscan usarlo como trampolín político, podría enfrentar un desgaste acelerado. Y en política, cuando un partido se vuelve vulnerable, los carroñeros saltan del barco y buscan nuevas opciones de poder.

Ese proceso ya está en marcha. La pregunta es si MORENA tendrá la fuerza y la estrategia para detenerlo antes de que sea demasiado tarde.

El dilema de la Presidenta Sheinbaum: mantener el control o dividir el partido.

La llegada de Claudia Sheinbaum Pardo a la Presidencia marca un nuevo ciclo en MORENA. Ya no es el partido de un solo líder, como lo fue con Andrés Manuel López Obrador. Ahora, el movimiento depende de la capacidad de la Presidenta Sheinbaum para mantener la cohesión interna.

La Presidenta debe tomar una decisión clave:

  1. Ejecutar una purga interna, depurar a MORENA y fortalecer la identidad del partido con militantes leales a la 4T.
  2. Mantener la estructura actual, tolerando la coexistencia de diferentes grupos políticos a costa de la unidad ideológica.

Ambas opciones tienen riesgos y beneficios. La purga aseguraría que MORENA siga siendo un partido con una identidad clara y comprometida con la transformación, pero podría generar conflictos internos que fragmenten la estructura y provoquen deserciones.

Por otro lado, permitir que las diferencias internas sigan creciendo podría mantener a MORENA como una máquina electoral poderosa, pero al costo de debilitar su cohesión y su esencia, lo que a largo plazo lo haría vulnerable.

Es una decisión estratégica que definirá el futuro del partido.

Claudia Sheinbaum Pardo Presidenta de México y Luisa María Alcalde Luján Presidenta Nacional de MORENA.

La batalla apenas comienza.

MORENA no solo enfrenta una oposición externa, sino una guerra interna que podría definir su destino en los próximos años. La purga es inevitable, pero la clave estará en cómo se realice y qué tan efectiva sea para preservar la esencia del movimiento.

Si MORENA no toma medidas para limpiar su estructura, corre el riesgo de repetir el mismo destino que el PRI y el PAN: volverse un partido sin identidad, desgastado por sus propias luchas internas y condenado a la fragmentación.

Pero si la purga se lleva a cabo con inteligencia, estrategia y liderazgo, MORENA podría consolidarse como la fuerza política dominante por mucho tiempo más.

El reloj ya está corriendo. La guerra interna ha comenzado. Y en política, el poder nunca se regala, siempre se disputa.

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