Los partidos políticos han instrumentalizado a los ciudadanos mexicanos como meras herramientas.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 9 de febrero del 2024.
En los últimos años, la sociedad mexicana ha ingresado en un esquema preocupante de división y polarización política, donde los partidos de izquierda y derecha han marcado la pauta de la vida social. MORENA, PRI, PAN, PRD, PT, Movimiento Ciudadano, se han convertido en los actores principales que delinean el acontecer diario del mexicano promedio. Esta dinámica ha encapsulado a la sociedad en un bucle de confrontación ideológica, dejando de lado las victorias sociales y el progreso colectivo.
Los partidos políticos han instrumentalizado a los ciudadanos mexicanos como meras herramientas para sus agendas, utilizando tácticas que dividen y fragmentan la sociedad, como bien lo expresó Maquiavelo: «Divide y vencerás». Esta estrategia, fundamental en el juego político, ha llevado a una fractura profunda en la sociedad mexicana, exacerbando las diferencias entre clases sociales y fomentando la polarización.
El divisionismo social se ha manifestado en diversas formas, desde discursos cargados de insultos y descalificaciones hasta odios y resentimientos que han fracturado incluso el tejido familiar. La lealtad política se ha vuelto un factor determinante en las relaciones interpersonales, dividiendo hogares y comunidades en base a preferencias partidistas.
En este escenario, los partidos políticos han encontrado terreno fértil para asegurar sus cuotas de poder, perpetuándose en las élites del país y perpetuando un ciclo de confrontación constante. Mientras tanto, la sociedad mexicana enfrenta una creciente brecha entre aquellos que luchan por el poder y aquellos que buscan un progreso genuino y equitativo.
El año electoral presenta desafíos sin precedentes para la sociedad mexicana, con una ruptura social que amenaza con alcanzar niveles insospechados en años anteriores. Es imperativo reflexionar sobre el camino que estamos recorriendo y buscar formas de superar esta polarización que solo beneficia a unos pocos. La unidad y el diálogo constructivo son fundamentales para construir un futuro donde la política no divida, sino que una a la sociedad en su búsqueda de un México más justo y próspero para todos.