La coalición de oposición también falló al no incorporar a la sociedad civil en sus proyectos sociales y políticos.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 5 de junio del 2024.
En los últimos años, la oposición política en México, conformada por los partidos PRI, PAN y PRD, ha perdido considerablemente su peso social y su capacidad de influir en el escenario político nacional. Desde que Andrés Manuel López Obrador y su partido, MORENA, llegaron al poder, la oposición no ha logrado articular una estrategia efectiva para enfrentar la maquinaria del obradorismo. A pesar de contar con los recursos económicos, las herramientas y las estructuras necesarias, estos partidos han fallado en ofrecer una alternativa viable y convincente para los mexicanos.
Uno de los errores más grandes de la oposición fue no planificar una estrategia coherente y enfocada para minimizar el poder presidencial. En lugar de innovar y adaptarse a las nuevas realidades políticas y sociales del país, se apoyaron en los mismos actores y dirigentes que ya habían perdido la confianza del electorado. Esta falta de renovación y autocrítica llevó a una percepción de que la coalición formada por PRI, PAN y PRD era «más de lo mismo», sin ofrecer soluciones frescas ni perspectivas innovadoras.
La oposición intentó emular las tácticas que López Obrador utilizó cuando estaba en su posición, adoptando una postura de confrontación directa y golpeo político. Sin embargo, fallaron en reconocer que Andrés Manuel López Obrador es un maestro en estas estrategias y que enfrentarlo en su propio terreno sería una táctica suicida. Al morder la carnada que les ofreció el presidente, se adentraron en una arena política donde él es el rey, resultando en una derrota contundente en las elecciones.
En lugar de construir una plataforma política sólida, basada en propuestas y puentes con la sociedad civil, la oposición se enfrascó en un combate estéril contra el presidente y MORENA. No lograron compactar un verdadero grupo social ni fortalecieron sus campañas con personajes ajenos a la política, como inicialmente prometieron. Este error estratégico los llevó a perder el apoyo de una ciudadanía que busca cambios reales y propuestas concretas.
La coalición de oposición también falló al no incorporar a la sociedad civil en sus proyectos sociales y políticos. En lugar de arroparse con figuras nuevas y frescas, optaron por personajes como Claudio X González, que no resonaron con la población. Esta desconexión con la sociedad civil y la falta de propuestas innovadoras y colaborativas fue un grave error que costó caro a los partidos de oposición.
Hoy, la oposición política en México está pagando el precio de su soberbia y egocentrismo. Enfocarse más en una pelea política con el presidente y su partido que en crear vínculos y proyectos con la sociedad mexicana ha llevado a su desintegración y a una posición de minoría política. Esta situación no solo fortalece a MORENA, sino que también consolida los cimientos del Proyecto de Nación de López Obrador, ahora con la futura presidenta de México, la Doctora Claudia Sheinbaum, a la cabeza.
La falta de visión y estrategia de la oposición ha dejado el camino libre para que López Obrador y su partido continúen dominando el escenario político nacional. Si los partidos de oposición desean recuperar su relevancia, necesitarán un replanteamiento profundo de sus tácticas y una verdadera conexión con las demandas y necesidades de la sociedad mexicana. Solo así podrán ofrecer una alternativa real y viable en el panorama político de México.