La consolidación de la Cuarta Transformación no es solo un proyecto nacional, sino un llamado global.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 11 de septiembre del 2024.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum Pardo a la presidencia de México, se inicia una nueva fase en la historia política, económica y social del país. Su elección no solo representa la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación iniciado por Andrés Manuel López Obrador, sino también una profunda reconfiguración del papel que México desempeñará en el escenario geopolítico mundial. En este nuevo panorama, el país enfrentará los desafíos de consolidar una república que rompe con las barreras impuestas por el neoliberalismo y el capitalismo, para forjar una alianza global en torno a valores socialistas y de izquierda.
El triunfo de Sheinbaum refleja el deseo de la mayoría del electorado mexicano de mantener y profundizar los cambios sociales y económicos emprendidos desde 2018. La Cuarta Transformación no se trata simplemente de un conjunto de políticas públicas, sino de un nuevo paradigma que redefine la relación entre el Estado, el capital y la ciudadanía. Con este mandato, México se adentra en un camino que buscará equilibrar las fuerzas del mercado con los intereses de las clases trabajadoras y las poblaciones más vulnerables, promoviendo una distribución más justa de la riqueza y el poder.
La Ruptura con el Neoliberalismo y el Capitalismo.
Uno de los ejes centrales del proyecto de la Cuarta Transformación es la ruptura con el neoliberalismo, modelo económico que prevaleció en México durante más de tres décadas. Bajo el liderazgo de López Obrador, y ahora de Sheinbaum, México ha comenzado a desafiar los pilares de un sistema que favorecía la privatización de sectores estratégicos, la desregulación del mercado y la reducción del papel del Estado en la economía. El neoliberalismo, que exacerbó la desigualdad y concentró la riqueza en manos de unos pocos, está siendo desmantelado gradualmente para dar paso a un modelo más inclusivo y solidario.
Claudia Sheinbaum, con su formación científica y su trayectoria en políticas públicas, será fundamental en la implementación de nuevas estrategias económicas que privilegien el desarrollo sustentable, el fortalecimiento del Estado y la justicia social. En este sentido, México se aleja del capitalismo salvaje que dictaba las reglas del juego y abre las puertas a un sistema económico donde el bienestar de las personas esté por encima de los intereses corporativos.
El liderazgo de Sheinbaum tiene la capacidad de consolidar estas transformaciones en el contexto de un sistema económico global cada vez más incierto. La pandemia de COVID-19 y las crisis energéticas recientes han evidenciado las limitaciones del capitalismo globalizado, y México puede posicionarse como un ejemplo de cómo los países pueden resistir y prosperar mediante la adopción de políticas económicas alternativas.
La Alianza con Nuevos Actores Internacionales.
En el contexto de la transformación social y política de México, el país también ha comenzado a redefinir su lugar en el escenario internacional. Durante la presidencia de López Obrador, México estrechó sus lazos con países de América Latina, Asia y Europa que comparten visiones similares sobre la justicia social y el desarrollo económico sostenible. Con la llegada de Sheinbaum, se espera que estas alianzas se fortalezcan, y que México adopte un papel aún más activo en foros internacionales, promoviendo una agenda progresista y solidaria.
Entre los aliados clave de México en esta nueva etapa se encuentran países como China, Rusia y Cuba, naciones con gobiernos de izquierda que han resistido las presiones del neoliberalismo y han optado por modelos de desarrollo que priorizan el bienestar social. A nivel global, México buscará profundizar su relación con actores estratégicos como China y Rusia, que, en un mundo multipolar, ofrecen alternativas al dominio de las potencias occidentales.
República Popular de China.
El fortalecimiento de las relaciones comerciales y diplomáticas con estos países permitirá a México diversificar sus fuentes de inversión y cooperación, liberándose de la dependencia histórica de los Estados Unidos y Canada. Aunque la relación con el vecino del norte seguirá siendo fundamental, Sheinbaum buscará equilibrarla mediante una estrategia de apertura hacia nuevos mercados y alianzas que respeten la soberanía nacional y los intereses del pueblo mexicano.
Estrategias Económicas Alternativas para el Futuro.
La consolidación de la Cuarta Transformación bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum también implica el desarrollo de estrategias económicas innovadoras que respondan a las necesidades del país y del contexto global actual. En este sentido, se vislumbra un enfoque en áreas estratégicas como la transición energética, la soberanía alimentaria y el fortalecimiento de las industrias nacionales.
Sheinbaum, quien ha sido una defensora del medio ambiente y el desarrollo sostenible, promoverá políticas que prioricen las energías limpias y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. Esta transición no solo será clave para enfrentar los retos del cambio climático, sino también para reducir la dependencia de México de actores internacionales en materia de energía. La modernización de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) serán ejes centrales de su administración, con el objetivo de mantener el control estatal sobre estos sectores estratégicos.
A nivel agroalimentario, se impulsarán programas que fortalezcan la producción local y reduzcan la importación de alimentos. La soberanía alimentaria será un principio rector, con el fin de garantizar que México pueda autoabastecerse y proteger a sus agricultores frente a las fluctuaciones del mercado global. Asimismo, se espera un fuerte apoyo al sector cooperativista y a las pequeñas y medianas empresas, con políticas que fomenten el crecimiento económico desde abajo, empoderando a las comunidades y combatiendo la pobreza estructural.
La Importancia de la Cuarta Transformación en un Escenario Geopolítico Global.
A nivel global, la Cuarta Transformación también representa una ruptura con la hegemonía tradicional de las potencias occidentales y su modelo de globalización capitalista. México, bajo el liderazgo de Sheinbaum, se posicionará como un actor que promueve una política exterior basada en la no intervención, el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la cooperación internacional para el desarrollo.
En este contexto, la nueva administración buscará fortalecer organismos multilaterales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), donde México ha desempeñado un papel activo bajo el gobierno de López Obrador. Además, se espera que el país profundice su relación con iniciativas como el Banco de Desarrollo de los BRICS, como parte de un esfuerzo por fortalecer las alternativas al sistema financiero global dominado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
México también jugará un papel central en la promoción de los derechos humanos y la equidad de género a nivel internacional, siguiendo el compromiso de Sheinbaum con estos temas a lo largo de su carrera. En un mundo donde las tensiones geopolíticas están en aumento, la postura de México como un país que busca la paz, el diálogo y la cooperación será crucial para estabilizar la región y promover el desarrollo conjunto.
La Nueva República: Hacia una Conciencia Social y Política Global.
El ascenso de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México marca un hito no solo para la política interna del país, sino también para la geopolítica mundial. En un momento de crisis del capitalismo global, la Cuarta Transformación ofrece una alternativa viable y sostenible que busca el bienestar de las mayorías, la equidad social y la justicia económica. Esta nueva etapa no solo fortalece a México, sino que lo posiciona como un faro de esperanza y cambio para el resto del mundo.
La visión de Sheinbaum no es simplemente continuar el legado de López Obrador, sino llevarlo a nuevas alturas. La consolidación de la Cuarta Transformación no es solo un proyecto nacional, sino un llamado global a repensar las bases mismas de la economía, la política y la sociedad. México, bajo su liderazgo, está destinado a ser un actor clave en la construcción de un nuevo orden mundial más justo, equitativo y sostenible.
