La próxima presidenta de México deberá estar preparada para un enfrentamiento que, aunque previsible, será implacable.

Por: José R. Rodríguez Jiménez

A medida que Claudia Sheinbaum Pardo se prepara para asumir la presidencia de México, un escenario de batalla política se perfila en el horizonte. Aunque el PRI y el PAN, los partidos que durante décadas dominaron la política mexicana, parecen estar en una fase de declive, la realidad es que la guerra sucia contra el gobierno de MORENA está lejos de terminar. La oposición, aunque debilitada, sigue viva y cuenta con una red de alianzas políticas, económicas y mediáticas que no dejará de atacar al nuevo gobierno.

Durante su tiempo en el poder, el PRI y el PAN no solo gobernaron, sino que crearon y fortalecieron una serie de grupos y sectores que hoy forman la columna vertebral de su resistencia. Estas fuerzas incluyen poderosos intereses económicos, asociaciones civiles, medios de comunicación alineados con sus agendas, y aliados internacionales que ven en el gobierno de MORENA una amenaza para el statu quo. Estos actores, aunque no tienen el control político que alguna vez ostentaron, poseen los recursos y la influencia suficientes para seguir enfrentando a Claudia Sheinbaum y su administración.

Sheinbaum, una política experimentada y consciente de los desafíos que enfrenta, sabe que la oposición no se rendirá fácilmente. A lo largo de su carrera, ha demostrado una capacidad excepcional para lidiar con la adversidad y mantenerse firme en sus convicciones, pero el camino que tiene por delante será uno de constantes embates. La guerra sucia no es una novedad en la política mexicana, y la próxima presidenta se enfrentará a tácticas bien conocidas: campañas de desinformación, ataques mediáticos, intentos de desestabilización y la creación de narrativas que busquen erosionar su legitimidad y la del proyecto de la Cuarta Transformación.

El PRI y el PAN, aunque políticamente mancos, aún tienen la capacidad de movilizar a sus bases y de influir en el debate público. Han comenzado a tejer alianzas y a reagruparse, conscientes de que la próxima batalla política será decisiva para su supervivencia. Estos partidos, que alguna vez fueron los arquitectos del poder en México, no están dispuestos a ceder su lugar en la arena política sin luchar. La oposición ha comenzado a armarse, no solo en términos electorales, sino también en la construcción de una narrativa que busque desacreditar a Sheinbaum y a MORENA en cada oportunidad.

El panorama político que se avecina para los próximos seis años estará marcado por una lucha constante entre un gobierno que busca consolidar los logros de la Cuarta Transformación y una oposición que, aunque debilitada, no está dispuesta a desaparecer. La resistencia que enfrentará Sheinbaum será feroz, y aunque su poder no será amenazado de manera directa, la guerra sucia intentará minar su capacidad para gobernar con eficacia y para continuar el proyecto que ha transformado a México desde 2018.

Es fundamental entender que, en política, las batallas no se ganan solo con votos. La construcción de poder también se da en el terreno de la opinión pública, en la movilización social y en la capacidad de influir en los procesos económicos. La oposición lo sabe, y por eso sus ataques no cesarán. La próxima presidenta de México deberá estar preparada para un enfrentamiento que, aunque previsible, será implacable.

La lucha por el poder en México está lejos de terminar. Mientras Claudia Sheinbaum y MORENA vislumbran el 2030 con la esperanza de continuar su proyecto, el PRI y el PAN ya han comenzado a trazar sus estrategias para volver al poder. La guerra sucia, lamentablemente, seguirá siendo una constante en el panorama político mexicano, y la próxima presidenta deberá navegar estas aguas turbulentas con la firmeza y la determinación que la han caracterizado.

La historia de la política mexicana nos enseña que el poder nunca se entrega sin pelear, y la oposición, aunque agonizante, sigue viva y dispuesta a luchar hasta el final. Claudia Sheinbaum Pardo, consciente de lo que le espera, deberá no solo resistir, sino también superar estos ataques para consolidar un nuevo capítulo en la historia de la Cuarta Transformación y en la vida política de México.

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La Palabra Política

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