Política

La Batalla en la Cuauhtémoc: Alessandra Rojo de la Vega y la Lección Dura del Poder.

La Alcaldesa Alessandra subió al ring, y su primer round fue derrota.

Por: La Palabra Política.
CDMX, 10 de noviembre del 2025.

En política no basta con tener buenas intenciones, discursos de altura, liderazgo emocional ni apoyo en redes sociales. El poder es otra cosa. Es estrategia, cálculo, lectura fina del adversario y capacidad de resistir golpes sin perder la cabeza. En estos días, la Alcaldesa de la Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, aprendió esa lección del modo más crudo.

Alessandra Rojo de la Vega, Alcaldesa de la Alcaldía Cuauhtémoc en la CDMX.

Lo que comenzó como una denuncia, como una defensa de causas sociales y como un posicionamiento de firmeza frente a la violencia de género, terminó convirtiéndose en un terreno minado donde la Alcaldesa cayó, justo donde su adversario quería verla caer.

El Diputado Arturo Ávila Anaya, vocero de MORENA, no improvisó. Trazó un escenario, colocó el anzuelo y esperó. La confrontación no fue espontánea. Fue diseñada. Una batalla pública, mediática, emocional. Mientras la Alcaldesa respondió desde la indignación y la defensa, Ávila jugó desde la estrategia, desde la paciencia del político que conoce las reglas del conflicto.

Arturo Ávila Anaya, Diputado Federal y Vocero de MORENA.

La denuncia presentada por Ana Patricia Arteaga Masseui, acusando al Diputado de amenazas y violencia digital, fue el punto de quiebre. Alessandra asumió esa causa como banderín de lucha. La defendió. La hizo suya. La convirtió en discurso. Apostó su capital político y moral en esa narrativa.

Pero la historia tenía otra capa.

El diputado demostró que las supuestas amenazas no provenían de él. Que su cuenta había sido manipulada. Que el material utilizado para acusarlo había sido fabricado. Los datos, la tecnología y la evidencia técnica se volvieron en contra del relato inicial. Y entonces, el golpe regresó.

Alessandra tuvo que recular.
Tuvo que reconocer el error.
Tuvo que pedir disculpas.

Ese acto, aunque humano y valiente en términos éticos, representa una fractura en términos políticos. Porque la política no siempre premia la honestidad. La política mide fuerza, control, capacidad de anticipar. Y en esta jugada, la Alcaldesa quedó expuesta.

Porque detrás de Arturo Ávila no hay solo un diputado.
Hay una maquinaria.
Hay operadores.
Hay cuadros.
Hay una estructura que entiende la arena política como combate y territorio.

Diputado Arturo Ávila y la Alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega.

La Cuauhtémoc no es una delegación cualquiera. Es un símbolo. Es un bastión. Es un ring donde se mide pulso de poder rumbo a la Ciudad de México. Quien controla la Cuauhtémoc, controla narrativa, territorio, influencia, agenda.

Alessandra subió al ring.
Y su primer round como Alcaldesa fue derrota.

No por falta de convicción.
Sino por falta de estrategia.

La política no se gana desde Twitter.
No se sostiene con aplausos digitales.
No se defiende con discursos emotivos.

La política se sostiene con estructura.
Se responde con equipo.
Se anticipa con inteligencia.

Ahora comienza la segunda parte.
No la respuesta de Arturo Ávila.
Sino la respuesta de quienes lo respaldan.

La pregunta no es si continuarán los ataques.
La pregunta es qué tan preparada está la Alcaldesa para resistirlos.

Porque aquí ya no hay likes.
No hay público que coree.
No hay escenario amable.

Aquí solo existe la maquinaria de un partido que no perdona errores cuando tiene oportunidad de capitalizarlos.

Y Alessandra, hoy, está en el centro.
No como figura inspiradora.
Sino como objetivo político.

La batalla ya empezó.
El primer golpe ya se dio.
El tablero se movió.

Lo que viene no es mediático:
es la verdadera lucha de poder.

Y en esa lucha, la diferencia entre caer o resurigir no está en lo que se diga, sino en cómo se aprende del golpe recibido.

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