May debe formar un gabinete basado en la experiencia, el conocimiento y la asertividad, dejando de lado los amiguísmos y las lealtades partidistas.
Por: La Palabra Política.
Tabasco, 4 de marzo del 2024.
En los últimos años, el estado de Tabasco ha sido testigo de un constante vaivén político, con diferentes grupos de poder tomando las riendas del gobierno, ya sean de derecha, de izquierda, o vinculados al mismo edén tabasqueño que alberga al Presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, esta sucesión de liderazgos no ha logrado establecer una ecuanimidad y estabilidad en todos los aspectos sociales que aquejan a la región.
La sociedad tabasqueña se encuentra polarizada, sin un liderazgo sólido al que identificarse. Por un lado, persiste el abandono de áreas vitales para una equidad social genuina, mientras que por otro, se percibe una lucha de clases que refleja el anhelo común de estabilidad económica y financiera para las familias. Lamentablemente, la economía del trópico ha sido históricamente beneficiada por los privilegios otorgados a ciertos grupos y estratos afines a los gobernantes de turno, profundizando así la desigualdad y el hartazgo en la población.
En este escenario político, surge la figura de Javier May Rodríguez, un candidato que ha labrado su carrera desde las bases de la lucha social y ha escalado los peldaños internos del movimiento liderado por el Presidente López Obrador. May se presenta como un líder de unidad, conciliación y pluralidad, comprometido con la lucha social, económica y laboral.
Sin embargo, para May no basta con repetir los principios del «obradorismo» y la 4T; la sociedad demanda acciones concretas y soluciones tangibles que garanticen su bienestar individual y colectivo. El candidato debe ser más preciso y conciso en sus propuestas, dejando atrás la retórica vacía que ya no satisface las expectativas de la ciudadanía.
A pesar de las predicciones favorables en las encuestas y del respaldo que recibe de los simpatizantes de MORENA, el verdadero desafío para Javier May comienza con su eventual victoria. Su tarea será unir a una sociedad fragmentada y materializar el proyecto de nación propuesto por el Presidente López Obrador, centrado en el mejoramiento y bienestar social en todas las áreas del estado.
Para lograrlo, May debe formar un gabinete basado en la experiencia, el conocimiento y la asertividad, dejando de lado los amiguísmos y las lealtades partidistas. Solo así podrá llevar a cabo un gobierno que refleje los principios de la 4T y supere las divisiones arraigadas en la sociedad tabasqueña.
A tres meses de una potencial victoria, Javier May enfrenta una de las encomiendas más difíciles: mantener la cohesión social y erradicar el divisionismo que ha marcado la historia política de Tabasco. Si no logra superar este desafío, corre el riesgo de repetir los errores del pasado y perpetuar la maldición política, social y económica que tanto aqueja al edén tabasqueño.