El tabasqueño por naturaleza, según lo describe Andrés Manuel López Obrador, se revela como un ente apasionado y ferviente en asuntos políticos.
Por: La Palabra Política.
Tabasco, 2 de febrero del 2024.
En el escenario político de Tabasco, Javier May emerge como el candidato triunfador, un hermano de confianza en el movimiento liderado por Andrés Manuel López Obrador. Su victoria se suma a la tendencia que también se vislumbra en Veracruz con Rocío Nahle, en Chiapas con Eduardo Ramírez y en Puebla con Alejandro Armenta. Sin embargo, tras la euforia de los resultados, se perfila un horizonte lleno de desafíos y cuestionamientos sobre el futuro político de Tabasco.
El fenómeno López Obrador ha permeado en el ADN de MORENA, otorgando a los candidatos cierta inercia victoriosa incluso antes de llegar a las boletas electorales. Este fenómeno, un último estertor del liderazgo del presidente saliente, marca una etapa que podría disiparse gradualmente después de su salida de Palacio Nacional, ocho meses después de las elecciones.
En este contexto, el tabasqueño por naturaleza, según lo describe Andrés Manuel López Obrador, se revela como un ente apasionado y ferviente en asuntos políticos locales. Javier May, en su camino hacia la victoria anunciada, se enfrentará a una inclinación social hacia la desesperanza, una muestra del desencanto que ha permeado este sexenio.
La gestión de Adán Augusto López en Tabasco deja un rastro de adancismo que se refleja en un gobierno marcado por la falta de unidad y la exclusividad hacia un círculo selecto de poder. Los tabasqueños expresan su descontento con un gobierno que, lejos de ser de unidad, se ha aislado de las necesidades locales, como han evidenciado reportajes a nivel nacional y las quejas presentadas directamente en Palacio Nacional durante el mandato de Adán Augusto.
Javier May asume el reto de heredar un ambiente dividido, con tensiones sociales y un descontento palpable respecto a cómo las puertas de la Quinta Grijalva se cerraron para muchos tabasqueños. A pesar de la victoria anticipada, el entorno refleja un descontento con la gestión adancista de Carlos Manuel Merino.
El nuevo gobernador ha sido receptivo a estos diálogos de sentimientos encontrados y al desencanto con el adancismo. Ahora, más allá del ambiente festivo y la euforia del triunfo asegurado, Javier May enfrentará la verdadera prueba de su capacidad de liderazgo, conciliación y unidad a partir de asumir la gobernatura de Tabasco.
La victoria de Javier May conlleva una gran responsabilidad, ya que dependerá de él consolidar el proyecto de la 4T en Tabasco o dejar que quede como un discurso hueco, tal como lo pregonó el grupo adancista. El futuro político de Tabasco está en sus manos, y la verdadera capacidad de Javier May se pondrá a prueba en los próximos años.