Política

El Verdadero Músculo de Morena: Solo un 13 % del Padrón Electoral Salió a Votar.

El músculo de Morena, tal como se mostró, no es invencible.

Por: La Palabra Política.
CDMX, 3 de junio del 2025.

Las elecciones del domingo pasado arrojaron una realidad contundente: Morena movió apenas al 13 % del padrón electoral. Si se consideran los datos más recientes del Instituto Nacional Electoral (INE), con un padrón de aproximadamente 96 700 000 ciudadanos inscritos, ese 13 % equivale a alrededor de 12 571 000 votos. El resto, un inmenso 87 %, decidió no acudir a las urnas, evidenciando que la supuesta “marea guinda” sigue teniendo límites claros.

Luisa María Alcalde Luján, presidenta nacional de MORENA.

En anteriores contiendas federales y estatales, fue común ver a Morena impulsando campañas masivas que convocaban a más de 30 millones de votantes. Basta recordar la elección presidencial de 2024: Claudia Sheinbaum Pardo recibió más de 25 millones de votos, lo que representó cerca del 26 % del padrón, una cifra que catapultó a Morena como la fuerza dominante. En contraste, la elección judicial de este 1 de junio únicamente registró un voto total cercano al 13 % del padrón, y según las cifras preliminares, Morena obtuvo la mayoría de esos votos en las boletas judiciales de la siguiente manera:

  • Votos totales en elecciones judiciales: ≈ 12 570 000.
  • Votos a las candidaturas impulsadas por Morena: ≈ 12 300 000 (un 12.7 % del padrón).
  • Abstención general: ≈ 84 130 000 ciudadanos (87 % del padrón).

Estos números revelan que, en términos aritméticos, Morena solo pudo mobilizar a su núcleo duro, aquel electorado que invariablemente acompaña al movimiento, independientemente de la elección. El 13 % no es despreciable, pero sí constituye un dato de alerta: la mayoría de los mexicanos consideró que esta elección fue una simulación. Votar en una contienda dedicada a juzgar a los futuros magistrados del Poder Judicial no generó el mismo entusiasmo que elegir a un candidato ejecutivo o a un legislador. El ciudadano promedio, que exige respuestas en seguridad, salud e infraestructura, no vio en la boleta judicial un motivo para levantarse de su casa.

¿Qué pasó con los millones de votos de Morena?

La pregunta es inevitable: ¿dónde quedaron los 25 millones de votos que respaldaron al proyecto presidencial? El contraste entre ese respaldo masivo y los 12 millones que participaron en la elección judicial es marcado. Las causas son varias, pero destacan dos puntos:

  1. Percepción de irrelevancia: Gran parte de la ciudadanía considera que elegir jueces no influye de manera directa en su vida cotidiana. El discurso oficial de “democratizar la justicia” no caló en un electorado acostumbrado a demandas más tangibles (carreteras, hospitales, seguridad).
  2. Falta de movilización territorial: Morena presumía contar con redes de voluntarios y estructuras en cada colonia. Sin embargo, en esta jornada esas redes no operaron con la misma intensidad. La maquinaria se activó parcialmente, quizás porque el interés central del partido se volcó a apoyar a candidatos en Veracruz y Durango y no a promover el voto judicial.

El impacto de la aritmética política.

Los porcentajes no mienten: 13 % de participación significa que 87 % de la ciudadanía se abstuvo. En términos prácticos, el “voto duro” de Morena es de alrededor de 12 600 000 mexicanos, un bloque que podrá ser decisivo en elecciones futuras, pero que, por sí solo, no garantiza victorias abrumadoras si las condiciones de la contienda no cambian.

  • Morena vs. Abstención
    • Votantes Morena: ≈ 13 % del padrón.
    • Ciudadanos que no votaron: ≈ 87 % del padrón.

Esa brecha —casi siete de cada ocho inscritos al padrón—refleja un desencanto hacia las contiendas consideradas “técnicas” o de segunda línea. Morena supuso que su estructura de movilización política arrastraría a millones a las urnas, pero la aritmética fue despiadada: sin un candidato carismático en la boleta, sin un discurso emocional, el partido no pudo traducir su fuerza discursiva en votos.

Un golpe que no doblega, pero sí alerta.

Estas elecciones municipales en Veracruz y Durango, junto con la contienda Judicial, dejaron claro que Morena no mostró su verdadero músculo. Aunque el partido mantiene el control de la Presidencia y la mayor representación en el Congreso, las cifras recientes son una radiografía interna de sus flaquezas:

  • Baja movilización en elecciones de “baja intensidad”: El ciudadano no percibe la importancia de elegir jueces, así que prefiere conservar tiempo y recursos.
  • Inconsistencias en la base territorial: A pesar de su impresión de “movimiento masivo”, la estructura local necesita reforzarse en campañas de largo aliento, no solo con encuestas y spots.
  • Turbulencias internas y disputas de cúpula: Morena enfrenta pugnas entre grupos que aspiran a cargos y recursos. Estas luchas debilitan la cohesión de la militancia y el mensaje unificado de “unidad revolucionaria”.

El partido perdió algunas alcaldías que se consideraban seguras. En Veracruz y Durango, el abstencionismo permitió que Movimiento Ciudadano y las coaliciones opositora se acercaran peligrosamente. El mensaje es claro: si Morena no ofrece dinámicas de participación ciudadana relevantes, perderá terreno hasta en las elecciones intermedias de 2026.

La revaluación urgente.

Morena no ha desaparecido ni perderá el poder de la noche a la mañana. Aún controla el sarten por el mango en el ámbito federal y gran parte de las gubernaturas. Sin embargo, los resultados del 1 de junio son un toque de atención:

  1. Necesita replantear su estrategia de movilización: No bastan las conferencias matutinas ni la difusión en redes sociales; hace falta convencer “en la calle”, proyecto por proyecto, municipio por municipio.
  2. Debe mostrar candidaturas con perfiles locales verdaderamente competitivos: El elector busca a alguien que conozca sus necesidades diarias, no un discurso nacionalista desconectado de la realidad municipal.
  3. Reforzar la comunicación sobre “elecciones técnicas”: Si la oferta de voto es elegir jueces o funcionarios menos visibles, debe vincularse con ejemplos de cómo esas decisiones impactan la vida diaria (casos de impunidad, derechos humanos, combate a la corrupción local).

El músculo, bajo lupa.

La matemática es simple: 12 570 000 votos reales para Morena en el padrón de casi 97 millones. Esa cifra puede ser suficiente en contendientes cerrados, pero no en un sistema político donde la participación ciudadana flaquea cuando no ve temas urgentes en juego. El 87 % de abstención no discrimina entre izquierdas, derechas o ideales: es la voz silenciosa del ciudadano que decide no votar por falta de incentivos o convicción.

El verdadero desafío para Morena será recuperar la conexión con ese 87 % que se ausentó. Porque la política es un arte que se nutre de emociones y percepciones, pero está cimentada en datos duros: la aritmética electoral. Si no atiende esa lección, el movimiento puede empezar a perder su fuerza real, la que no se mide en discursos, sino en votos efectivos. El 2021 y el 2024 fueron triunfos contundentes. El 1 de junio de 2025 fue un aviso: el músculo de Morena, tal como se mostró, no es invencible. La revaluación deberá ser urgente, porque, de lo contrario, el sarten que hoy ejerce el partido puede deslizarse de sus manos.

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