Política

El regreso de López Obrador: El líder que no suelta el poder.

Por: José Rafael Rodríguez Jiménez.

López Obrador no ha dejado el poder. Nunca lo hará.

Andrés Manuel López Obrador nunca se ha visto a sí mismo como un político convencional. Su esencia va más allá de los cargos públicos o los periodos sexenales; su vocación es la de un líder social, un caudillo moderno que ha construido y sostenido un movimiento por más de 25 años. Su retiro de la presidencia no significa, de ninguna manera, su retirada de la política. Al contrario, su influencia sigue vigente, su mando sigue intacto y, ante la fragmentación interna de Morena, su regreso es inevitable.

Los líderes de izquierda con una visión transformadora no abandonan sus movimientos; los vigilan, los protegen y, cuando es necesario, los depuran. Así lo hicieron Fidel Castro en Cuba y Hugo Chávez en Venezuela. No se trata solo de dirigir, sino de moldear la historia, de mantener viva una ideología. López Obrador, con su instinto político agudo y su capacidad de movilización, sabe que su movimiento está en peligro y que la tentación del poder está intoxicando a quienes él mismo colocó en puestos estratégicos.

Andrés Manuel López Obrador el gran líder social del México actual.

La psicología del líder: López Obrador, el caudillo que nunca se va.

Un verdadero líder de izquierda no se retira, no cede, no entrega su causa a la improvisación. La historia lo ha demostrado con personajes que han dejado huella en el socialismo y el comunismo: su liderazgo es inquebrantable hasta la muerte o hasta que su legado es lo suficientemente fuerte para continuar sin él. López Obrador es el prototipo del líder que no deja cabos sueltos, que no delega sin supervisar, que entiende que su visión y su movimiento trascienden a cualquier sucesión política.

El temperamento de López Obrador es el de un estratega. No es un político impulsivo, sino un líder que construye pacientemente, que espera el momento adecuado para actuar. Su naturaleza es la de un hombre que observa desde las sombras, analiza el comportamiento de su gente y, cuando es necesario, ajusta las piezas del tablero sin necesidad de aparecer en los reflectores.

Su legado, Morena, está en un punto de inflexión. El partido que fundó con el propósito de transformar la política mexicana se encuentra dividido entre los «puros» y los «impuros», entre los fundadores leales al movimiento y los oportunistas que han encontrado en el poder una vía de enriquecimiento y control. Esta fractura es inaceptable para López Obrador. Si algo ha caracterizado su carrera es la disciplina dentro de su estructura política, y él no permitirá que su creación se desmorone por la ambición de quienes hoy ostentan el poder.

El despertar de la selva: López Obrador y la purga en Morena.

López Obrador no es ingenuo. Desde su retiro en la selva chiapaneca ha observado cómo Morena ha caído en el letargo del poder. Gobernadores, senadores, diputados y secretarios de Estado han comenzado a actuar con autonomía, creyéndose dueños de los cargos que él mismo les confió. Morena, lejos de consolidarse como el partido hegemónico con principios y valores sólidos, se ha contaminado de vicios que el propio López Obrador juró erradicar.

La purga dentro de Morena es cuestión de tiempo. López Obrador no puede permitir que su movimiento se fragmente ni que la soberbia de sus militantes diluya la fuerza política que tanto esfuerzo le costó construir. Su regreso será con fuerza, con la determinación de limpiar su partido de aquellos que traicionaron la esencia del movimiento.

No será un retorno a los mítines ni una nueva candidatura; será un regreso estratégico, desde los espacios de poder donde aún mantiene total influencia. Ya ha colocado a Luisa María Alcalde y a su hijo, Andrés López Beltrán, en posiciones clave dentro del partido, pero sabe que aún no tienen la madurez para controlar la maquinaria política que él construyó. Morena necesita a su líder, y su líder sabe que aún no es momento de soltar las riendas.

Andrés Manuel López Obrador y su verdadero heredero político Andrés Manuel López Beltrán.

El futuro de Morena: el regreso del verdadero líder.

El error de muchos dentro de Morena ha sido creer que López Obrador ya no está. Que su retiro fue real, que su influencia se ha diluido. Nada más alejado de la realidad. La historia nos dice que los grandes líderes no abandonan sus movimientos, y López Obrador no será la excepción. La diferencia entre él y cualquier otro político mexicano es que él no juega a la política tradicional; él es un líder de masas, un estratega, un hombre que comprende el poder en su esencia más pura.

El tiempo le dará la razón. Cuando Morena esté al borde de una crisis mayor, cuando la soberbia de algunos haya debilitado la estructura del movimiento, López Obrador volverá. Y cuando lo haga, volarán cabezas. Su regreso no será con discursos, sino con acciones contundentes, con una reestructuración interna que devuelva a Morena la disciplina que él mismo impuso desde su fundación.

López Obrador no ha dejado el poder. Nunca lo hará. Puede estar lejos de Palacio Nacional, pero sigue siendo el arquitecto de la política mexicana contemporánea. Su legado aún no ha terminado de escribirse, y su próxima jugada definirá el rumbo del país y el destino de Morena. Es solo cuestión de tiempo para que el líder salga de las sombras y ponga orden una vez más.

Acerca del autor

La Palabra Política

Escribir un comentario