En la psicología de los grandes líderes, el retiro es una pausa, no un final.

Por: La Palabra Política.

CDMX, 27 de diciembre del 2024.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no es solo un político; es un fenómeno social, una figura que ha transformado la política mexicana y ha reconfigurado el sistema político del país en las últimas dos décadas. Desde su salida del Palacio Nacional en 2024, la dinámica interna de su movimiento político, MORENA, ha demostrado que su presencia es indispensable para mantener la cohesión y dirección del proyecto que fundó.

El 2025 se perfila como un año en el que López Obrador, a pesar de estar oficialmente retirado del poder, podría regresar a la arena política para reafirmar su liderazgo y preservar la esencia de su legado. Como otros líderes sociales e ideológicos de la historia, su influencia y su vínculo con el movimiento que creó no desaparecen con un cambio de administración.

Andrés Manuel López Obrador, el último político mexicano en su especie.

La psicología del líder que no se retira.

Los grandes líderes sociales y políticos no abandonan sus causas. Fidel Castro en Cuba y Hugo Chávez en Venezuela son ejemplos de figuras cuya influencia se extendió más allá de sus años en el poder. Ambos transformaron sus países, consolidaron movimientos ideológicos y mantuvieron su autoridad hasta el final de sus vidas. Para ellos, y para López Obrador, la lucha política no es un trabajo; es una misión.

En el caso de López Obrador, su trayectoria está marcada por una persistencia casi obsesiva. Desde que comenzó su lucha política en Tabasco en los años ochenta hasta la creación de MORENA en 2014, ha demostrado una capacidad inigualable para conectar con el pueblo, interpretar sus demandas y traducirlas en una narrativa de transformación nacional.

Esta psicología de líder va más allá del poder formal. Para AMLO, el movimiento que inició es una extensión de sí mismo, y la preservación de ese movimiento es tanto una obligación moral como una necesidad política.

Fidel Castro y Hugo Chávez ideológos de importancia para la psique política y social de Andrés Manuel López Obrador.

El legado y la fractura de MORENA.

Desde su fundación, MORENA se ha definido como un movimiento plural, una coalición de diversas corrientes unidas por el liderazgo de López Obrador. Sin embargo, su salida del poder ha dejado al descubierto las tensiones internas que se gestaron durante años.

La lucha por el control de los espacios de poder, las batallas entre cúpulas y las divisiones ideológicas han comenzado a desgastar al movimiento. Las disputas internas no son solo un desafío político, sino también un riesgo para la continuidad del proyecto de transformación que AMLO encabezó.

Es en este contexto donde el regreso de López Obrador se vislumbra como inevitable. Su presencia, su capacidad para aglutinar fuerzas y su autoridad moral son factores que pueden restablecer el orden y reforzar la unidad dentro de MORENA.

En el 2011 consolido Andrés Manuel López Obrador su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

El regreso del líder: ¿cómo y cuándo?

López Obrador no necesita un cargo público para ejercer influencia. Su estilo de liderazgo trasciende las estructuras formales del poder. Puede regresar como guía moral, como árbitro de las disputas internas o incluso como figura pública que moviliza a las bases en momentos críticos.

El tiempo y la pauta los marcará él mismo, como lo ha hecho en tantas ocasiones. López Obrador tiene un sentido agudo del momento político, una intuición que le permite actuar en el instante preciso para maximizar su impacto.

El 2025 será un año crucial. La consolidación del gobierno de Claudia Sheinbaum, las tensiones internas de MORENA y la presión externa de un mundo geopolíticamente complejo serán factores que definirán la necesidad de su regreso.

El regreso de Andrés Manuel López Obrador.

Paralelismos históricos: AMLO, Castro y Chávez.

Comparar a López Obrador con figuras como Fidel Castro y Hugo Chávez no es casualidad. Al igual que ellos, AMLO ha construido un movimiento basado en la conexión directa con las masas, una narrativa de justicia social y un rechazo frontal a las élites tradicionales.

Fidel Castro lideró la Revolución Cubana hasta el final de su vida, manteniendo su influencia incluso cuando delegó el poder formal en su hermano Raúl. Hugo Chávez, por su parte, transformó Venezuela con el chavismo, un movimiento que aún define la política del país, incluso tras su muerte.

López Obrador comparte con ellos una característica clave: la idea de que su misión trasciende lo personal. La lucha por la justicia social, la soberanía nacional y el bienestar del pueblo son causas que lo mantendrán activo hasta el final de sus días.

Andrés Manuel López Obrador, comparte la ideología social y política del movimiento socialista en Latinoamérica.

El futuro del movimiento.

López Obrador sabe que la supervivencia de su proyecto no depende solo de él, sino de la capacidad de MORENA para adaptarse y evolucionar. Sin embargo, también entiende que su liderazgo es esencial para superar las divisiones internas y consolidar los avances logrados durante su administración.

El 2025 será el escenario donde, una vez más, López Obrador demostrará su habilidad para guiar a su movimiento en momentos de crisis. Su regreso, en cualquier forma que decida, no solo reafirmará su papel como líder histórico, sino también como el arquitecto del México que aún busca consolidarse.

En la psicología de los grandes líderes, el retiro es una pausa, no un final. Para Andrés Manuel López Obrador, la lucha continúa, porque los líderes de su calibre no se retiran; simplemente encuentran nuevas formas de transformar el mundo que los rodea.

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