La historia de estos líderes tabasqueños es un testimonio del poder de la organización comunitaria y del liderazgo comprometido.
Por: La Palabra Política.
Tabasco, junio del 2024.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, conocido por muchos como AMLO, inició su carrera política en Tabasco, su tierra natal. Desde sus comienzos, se unió a un grupo de tabasqueños que, más de 20 años después, siguen vigentes y trabajando en diferentes frentes políticos para consolidar el proyecto que comenzaron juntos. Este grupo ha sido fundamental en la formación y fortalecimiento del obradorismo, un movimiento que ha cambiado el panorama político de México.
Uno de los personajes más destacados de este grupo es Octavio Romero Oropeza. Antes de la existencia de MORENA, Romero Oropeza fue un operador administrativo, financiero y político del movimiento obradorista, formó parte del partido en el que López Obrador militaba en sus primeros años de carrera política. Su habilidad para gestionar recursos y su lealtad inquebrantable lo han mantenido como una figura clave en la administración pública, ahora al frente de PEMEX.
Javier May Rodríguez es otro pilar del movimiento. Su liderazgo en la región de la Chontalpa en Tabasco y su conexión con la gente le permitieron formar estructuras sólidas que más tarde serían fundamentales para la creación de MORENA. Su trabajo cercano con las comunidades ha sido esencial para mantener el apoyo popular que caracteriza al obradorismo.
José Ramiro López Obrador, hermano del presidente, ha sido un apoyo constante desde los inicios del movimiento. Su enfoque ha sido siempre el de crear liderazgos sociales en Tabasco, especialmente en áreas rurales y marginadas. Su dedicación a las causas sociales y su capacidad para conectar con los más vulnerables han fortalecido el compromiso del movimiento con las bases populares.
Pablo Rodríguez Bonfil, abogado de profesión, se encargó de las batallas legales del movimiento. Desde la creación de estrategias jurídicas hasta la formación de agrupaciones políticas, Rodríguez Bonfil ha sido un defensor incansable del proyecto obradorista. Su trabajo legal ha sido crucial para consolidar las victorias políticas y proteger los intereses del movimiento.
Darvin González Ballina, otro operador estratégico, se centró en fortalecer el voto en las comunidades. Su labor consistía en crear nuevas estructuras en diversas regiones de Tabasco, ampliando la base de apoyo del movimiento. Su capacidad para organizar y movilizar a la gente ha sido fundamental para el éxito electoral de MORENA en el estado y a nivel nacional.
Todos estos personajes políticos tabasqueños formaron parte integral de la iniciación del obradorismo. Comenzando desde las bases del PRD, contribuyeron a consolidar la carrera política de Andrés Manuel López Obrador, sentando las bases para lo que eventualmente se convertiría en MORENA. Su trabajo y dedicación han sido fundamentales para la transformación política que México ha experimentado en los últimos años.
La historia de estos líderes tabasqueños es un testimonio del poder de la organización comunitaria y del liderazgo comprometido. Juntos, han logrado construir un movimiento que ha cambiado el rumbo de la política mexicana, llevando a López Obrador a la presidencia y consolidando la Cuarta Transformación. Su legado es una prueba de que el trabajo conjunto y la dedicación a las causas sociales pueden transformar la realidad política de un país.
