La presidenta tiene en sus manos la posibilidad de dejar un legado imborrable en la historia de México.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 5 de noviembre del 2024.
En el México de hoy, a un mes de la llegada de Claudia Sheinbaum Pardo a la presidencia, el país ha iniciado una nueva fase en su historia política y social. Atrás quedó el modelo de gobierno que por décadas cedió el poder a intereses oligárquicos y capitalistas, y que permitió que una élite privilegiada manejara las instituciones a su antojo. Desde que Andrés Manuel López Obrador llegó al poder hace seis años, México emprendió el camino de una transformación profunda, guiada por un nuevo modelo de gobernanza basado en la equidad y el compromiso social. Ahora, Sheinbaum encabeza este segundo ciclo de la Cuarta Transformación, enfrentando un panorama complejo, con desafíos internos y externos que buscarán obstaculizar su proyecto.
Una Nueva Forma de Gobernar.
La victoria electoral de Claudia Sheinbaum y el respaldo de los ciudadanos a MORENA reflejan el deseo de continuidad en esta transformación. Sin embargo, este gobierno no es simplemente una extensión del de su predecesor. Bajo su liderazgo, México ha comenzado a experimentar un estilo de gobernanza que marca una diferencia fundamental en las políticas sociales, económicas y culturales. Sheinbaum, a través de su visión progresista y su cercanía con los sectores populares, ha hecho énfasis en la necesidad de fortalecer los logros alcanzados y ampliar el alcance de las políticas sociales, con el objetivo de cimentar una estructura de bienestar para todos los mexicanos, particularmente aquellos que por años fueron relegados.
Su gobierno ha enfatizado la igualdad y el desarrollo de políticas de apoyo a las comunidades más vulnerables, políticas que hasta hace unos años parecían inalcanzables bajo el régimen neoliberal. Este cambio de enfoque, que implica otorgar prioridad a los ciudadanos y no a las élites económicas, no solo es revolucionario, sino que también representa una ruptura clara con el pasado y un llamado al futuro que los mexicanos eligieron en las urnas. Pero este nuevo México no está libre de desafíos, y Sheinbaum no tiene el camino despejado.
Los Retos de los Poderes Fácticos.
El poder económico y político en México ha tenido profundas raíces en sectores que, durante décadas, han moldeado el país a su conveniencia, acumulando poder y recursos a expensas de la mayoría de los ciudadanos. La llegada de la Cuarta Transformación bajo López Obrador significó un golpe a estos sectores, y ahora, con Claudia Sheinbaum en el poder, los intereses de estos grupos no solo persisten, sino que se han reagrupado y están listos para defender sus prerrogativas. Los poderes fácticos, que incluyen desde grandes corporaciones hasta viejas estructuras partidistas, no cederán su influencia sin resistencia y aprovecharán cualquier oportunidad para debilitar o desacreditar la administración de Sheinbaum.
Esta situación coloca a Sheinbaum en una encrucijada compleja: por un lado, la expectativa de continuidad en las políticas de justicia social, y por otro, el contrapeso de fuerzas que buscan frenar sus reformas. La presidenta tendrá que demostrar no solo habilidad política y diplomática, sino una firmeza incuestionable para proteger su agenda de transformación, pues no es ajena a la guerra de presiones y amenazas veladas de aquellos que se sienten desplazados por el nuevo proyecto nacional.
El Reto Interno: Las Tribus al interior de MORENA.
A diferencia de López Obrador, Sheinbaum hereda un partido, MORENA, con una estructura más consolidada, pero también con una serie de intereses internos y líderes regionales que tienen sus propias aspiraciones. Las «tribus» o facciones de MORENA, cada una con su propia visión de la Cuarta Transformación, están en una lucha constante por el poder y la influencia. Esto representa otro desafío para la presidenta, quien tendrá que equilibrar las demandas de los distintos grupos sin perder el control de su proyecto.
La gestión de estos grupos internos será determinante para el éxito de su administración. Al interior de MORENA existen liderazgos que, aunque en teoría respaldan a Sheinbaum, también buscan consolidar su propio poder. Así, la presidenta enfrenta el reto de mantener la unidad y evitar que las pugnas internas desestabilicen su gobierno. El equilibrio entre la lealtad a su liderazgo y las ambiciones individuales será una prueba que pondrá a prueba su capacidad para gestionar el partido en el poder.
La Batalla por la Permanencia de la Cuarta Transformación.
Con este segundo ciclo de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum tiene la misión de consolidar el proyecto iniciado hace seis años. México ha cambiado, pero este cambio necesita solidificarse y perdurar. La construcción de un país más igualitario requiere de instituciones robustas, y Sheinbaum ha señalado la importancia de consolidar estos cimientos con políticas orientadas a fortalecer el estado de derecho y la justicia social.
Pero esta batalla no se limita a la política nacional. La presidenta enfrentará presiones internacionales de organismos y naciones que se benefician de una economía mexicana que opera en favor de intereses extranjeros. En un contexto de globalización y neoliberalismo, Sheinbaum deberá maniobrar para proteger los recursos y el patrimonio nacional mientras promueve un modelo de desarrollo autosuficiente. Este equilibrio es fundamental, ya que cualquier debilitamiento en su agenda de transformación podría abrir la puerta para que las antiguas estructuras de poder vuelvan a dominar la política mexicana.
Una Nueva Guerra Política, Social y Económica.
La historia reciente de México demuestra que la política es una arena de confrontaciones constantes, y Claudia Sheinbaum no será una excepción a las disputas que caracterizan este entorno. Los primeros meses de su gobierno serán cruciales para establecer el tono de su administración y demostrar que su liderazgo es firme y decidido. Sin embargo, la oposición, tanto externa como interna, no tardará en presionar y generar tensiones. Grupos de poder económico, así como sectores que buscan proteger sus intereses en los partidos de oposición, se aliarán para impedir que el proyecto de Sheinbaum avance con fluidez.
Esta es una “guerra” en términos de ideología, de lucha de poder y de supervivencia política, en la cual cada decisión de Sheinbaum será observada y criticada por aquellos que buscan desacreditar su mandato. Sin embargo, la presidenta ha demostrado a lo largo de su carrera política que posee una determinación inquebrantable y que está preparada para defender su visión de un México más justo.
El Futuro de un México Transformado.
Claudia Sheinbaum enfrenta el desafío de su vida al dirigir los destinos de un México en pleno cambio. Su liderazgo marca el inicio de un segundo ciclo de la Cuarta Transformación, uno que deberá afianzar las conquistas sociales y enfrentar las fuerzas que se oponen al progreso del país. A través de su gestión, Sheinbaum tiene la oportunidad de consolidar un proyecto nacional basado en la justicia, la equidad y la prosperidad compartida.
La presidenta tiene en sus manos la posibilidad de dejar un legado imborrable en la historia de México, uno que confirme que la transformación no es solo una idea, sino una realidad. Enfrentará obstáculos, divisiones internas y presiones externas, pero su determinación y capacidad para sortear estas adversidades serán las que definirán su éxito. En un México que ya no es el de ayer, Sheinbaum representa el liderazgo necesario para guiar el país hacia un futuro donde la Cuarta Transformación sea una obra culminada y no solo una promesa en construcción.