El juego del engaño en la política mexicana es una realidad que afecta profundamente el tejido social.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 26 de marzo del 2025.
En el complejo tablero político de México, donde el poder y la supremacía parecen ser los fines últimos, la estrategia del engaño se ha convertido en una herramienta esencial para aquellos que ostentan el control. Los partidos en el poder, al llegar a la cima, recurren a una serie de técnicas destinadas a distorsionar la realidad, desviar la atención de la ciudadanía y consolidar su dominio. Esta manipulación de las masas se nutre de la desinformación y la falta de educación crítica, convirtiendo a la población menos instruida en carne de cañón en un juego de poder donde el fin, según Maquiavelo, “justifica los medios”.

La Estrategia del Espectáculo y la Distracción.
Una de las tácticas más comunes es el montaje de espectáculos mediáticos. Los partidos gobernantes utilizan el aparato estatal y todos los recursos a su disposición para crear simulacros de normalidad y progreso. Con discursos grandilocuentes, campañas publicitarias y eventos protocolarios, logran ensordecer las mentes de aquellos que no cuentan con las herramientas para discernir entre la verdad y la mentira. Así, se construye una narrativa en la que todo marcha bien, ocultando las fallas, la corrupción y las desigualdades que persisten tras bambalinas.

El Papel del Conocimiento y la Educación Crítica.
La manipulación se alimenta de la ignorancia. En México, una parte significativa de la población no ha sido dotada de una educación que les permita analizar críticamente la información que reciben. Esto crea un caldo de cultivo perfecto para la propagación de mentiras y falsedades, que son aceptadas sin cuestionamiento. Los medios de comunicación, a menudo compinchados con el poder, amplifican estos mensajes, mientras las verdaderas voces críticas quedan relegadas a un segundo plano. En este contexto, el juego del engaño se convierte en una herramienta de control social, donde la desinformación permite a los partidos en el poder mantener un dominio casi absoluto sobre la conciencia colectiva.

La Moralidad del Engaño: Entre la Eficacia y la Ética.
La máxima maquiavélica de que “el fin justifica los medios” se ha convertido en la consigna de quienes manipulan la realidad política en México. Sin embargo, esta estrategia, aunque puede resultar eficaz para consolidar el poder, es moralmente cuestionable. Engañar, manipular y desinformar a la ciudadanía para mantener el status quo y perpetuar un sistema que beneficia a unos pocos, va en contra de los principios éticos que deberían regir la vida pública. La verdadera política debería ser un instrumento de transformación y justicia, no de opresión y engaño.

Un Llamado a la Transparencia y la Educación Crítica.
El juego del engaño en la política mexicana es una realidad que afecta profundamente el tejido social. Mientras los partidos en el poder se aprovechan de la desinformación y la falta de educación crítica para manipular a las masas, la sociedad se ve privada de su derecho a una democracia plena y participativa. Es imperativo que se promueva una cultura de transparencia y se invierta en la educación crítica, para que los ciudadanos puedan discernir entre la verdad y la mentira, y no sean meros espectadores de un teatro de simulacros políticos.
Solo a través de la difusión del conocimiento y la exigencia de rendición de cuentas se podrá romper el ciclo de manipulación y engaño. La política, en su esencia, debe servir al bien común y no a intereses particulares. Por ello, el reto para México es construir un sistema en el que la integridad, la ética y el respeto por la verdad sean los pilares fundamentales de la gobernabilidad.