Es una lideresa que ha sabido transformar su historia personal y su compromiso social.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 29 de noviembre del 2024.
Clara Brugada Molina no solo es una figura destacada en la política de la Ciudad de México, sino un pilar en la estructura y consolidación del proyecto político conocido como la Cuarta Transformación (4T). Desde su juventud, su liderazgo se ha forjado en la lucha social, el compromiso con los sectores más vulnerables y la visión de un país más equitativo. Hoy, como Jefa de Gobierno de la capital, su figura sintetiza la continuidad de un movimiento político que ha marcado la historia reciente de México.
La formación de una lideresa.
Originaria de Iztapalapa, una de las demarcaciones más grandes y desafiantes de la CDMX, Clara Brugada encarna la conexión directa con el México profundo. Su carácter se formó en el seno de la cultura popular, lo que le permitió desarrollar una sensibilidad única hacia las necesidades de las comunidades urbanas que más resienten las desigualdades sociales.
Abogada y con una larga trayectoria en el servicio público, su entrada al movimiento liderado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue una consecuencia natural de su compromiso con la justicia social. Desde su labor como delegada en Iztapalapa hasta su ascenso como Jefa de Gobierno, su camino ha estado marcado por una disciplina férrea y una determinación inquebrantable.
Brugada no es una figura que busque los reflectores por vanidad. Su presencia es discreta, pero cargada de una autoridad que proviene de su trayectoria y de su conexión genuina con las bases del movimiento. Su estilo de liderazgo es más cercano a lo maternal que a lo autoritario: una guía firme, pero empática, que inspira confianza y respeto.
La psicología de un liderazgo feminista y transformador.
La psicología de Clara Brugada combina elementos fundamentales: un sentido de propósito claro, la capacidad de leer el momento político y una resistencia que le permite navegar en entornos adversos. Como lideresa, su feminidad no es solo una cuestión de género, sino una herramienta política que ha sabido utilizar para acercarse a las comunidades, escuchar, empatizar y construir soluciones.
Brugada representa un feminismo pragmático, alejado de dogmas y más enfocado en transformar realidades concretas. En un país donde las brechas de género persisten, su ascenso y consolidación son un testimonio del potencial de las mujeres en el espacio público, especialmente en un movimiento como la 4T que ha priorizado la inclusión.
Su habilidad para combinar lo ideológico con lo práctico la posiciona como una pieza clave en la estrategia de Claudia Sheinbaum para consolidar esta segunda etapa de la Cuarta Transformación. Brugada no solo ejecuta políticas públicas; articula un proyecto político que busca trascender administraciones y arraigarse en la sociedad mexicana.
De AMLO a Sheinbaum: continuidad en la transformación.
Clara Brugada ha sido testigo y protagonista del crecimiento de Morena, desde su fundación como un movimiento social hasta su consolidación como la principal fuerza política de México. En ese proceso, su lealtad y compromiso con López Obrador la han convertido en una figura estratégica para dar continuidad a sus ideales, ahora bajo la batuta de Claudia Sheinbaum.
En la CDMX, Brugada tiene el reto de mantener a la capital como el laboratorio político de la 4T, un espacio donde las políticas sociales progresistas puedan implementarse y perfeccionarse. Su trabajo como Jefa de Gobierno no solo impacta a los habitantes de la ciudad, sino que envía un mensaje al resto del país sobre lo que significa gobernar bajo los principios de la transformación: austeridad, inclusión y justicia social.
El papel de Clara Brugada en la consolidación del proyecto 4T.
Más allá de sus funciones inmediatas, Clara Brugada es un símbolo de lo que la 4T pretende lograr en términos de redistribución del poder y democratización de las oportunidades. Su cercanía con AMLO y su colaboración con Sheinbaum la posicionan como un puente entre dos etapas de un movimiento político que busca trascender sexenios.
Como pieza clave en este tablero, Brugada no solo es una ejecutora de políticas públicas; es una estratega que entiende que la transformación requiere tanto del diseño institucional como de la construcción de narrativa. En su figura, convergen las demandas de una ciudadanía que exige resultados tangibles y la responsabilidad de proyectar una visión de futuro que mantenga viva la esperanza en el cambio.
Un legado en construcción.
Clara Brugada Molina representa mucho más que una figura administrativa en la Ciudad de México. Es una lideresa que ha sabido transformar su historia personal y su compromiso social en una herramienta política al servicio de una causa mayor. Su legado, aunque aún en construcción, tiene ya un impacto innegable en la capital y en el proyecto nacional de la 4T.
Con cada paso que da, Brugada no solo consolida su lugar en la historia de la Ciudad de México, sino que contribuye al sueño de un México más equitativo, incluyente y justo. Y en ese sueño, su liderazgo, feminidad y determinación son esenciales para darle forma y continuidad.