Hoy no es tiempo de palabras huecas ni de fórmulas políticamente correctas.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 22 de mayo del 2025.
En la penumbra de una noticia que hiela la sangre, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, se alza con la dignidad de quien no se acobarda ante el horror. El brutal asesinato de Ximena Guzmán y José “Pepe” Muñoz, dos colaboradores cercanos que entregaron su vida al servicio público, ha estremecido no solo a la alcaldesa, sino a todos los capitalinos que ven en este alevoso crimen un golpe al corazón de la administración.

No hay adjetivos suficientes para describir la indignación ni las palabras precisas para nombrar el dolor que recorre a quien ha asumido la responsabilidad de gobernar uno de los centros urbanos más complejos del planeta. Pero en medio del duelo, Clara Brugada enfrenta la tormenta con la misma entereza con la que, desde hace meses, encara las estructuras enquistadas —legales e ilícitas— que obstaculizan la paz en la ciudad.
Quienes conocen su trayectoria saben que no es mujer de gestos llorosos detrás de un micrófono, sino de convicciones firmes y de miradas decididas hacia el futuro. Hoy esa mirada, teñida de pena, rebosa determinación: quienes envalentonados por la impunidad creen poder doblegarla, descubrirán que su temple no se quiebra con balas.

En los últimos meses, Clara Brugada ha estrechado fila con la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, construyendo una alianza inédita entre Gobierno central y administración capitalina. Ambas han lanzado golpes a redes de corrupción y cárteles que, durante décadas, han hecho de la Ciudad de México botín fácil. Esas indagaciones —incomodas, profundas, certeras— hoy tienen un precio: la venganza brutal contra Ximena y Pepe, mártires de esta nueva política de cero tolerancia.

“A Clara Brugada, que sepa que no está sola“.
Dra. Claudia Sheinbaum Pardo
Presidenta de México
Pero ni la sorpresa ni la saña de los delincuentes podrán detener la tragedia. En el patio de Palacio Nacional y en cada alcaldía de la capital resuena el mismo mensaje: no hay impunidad que valga, no hay fuerza criminal que doblegue la ley. Clara Brugada, arropada por el respaldo de la Presidenta Claudia Sheinbaum y el aliento de los mandatarios locales, convertirá esta conmoción en combustible para redoblar sus esfuerzos en seguridad: más inteligencia, más cercanía con las colonias, cerco implacable a quien desafía al Estado de derecho.

Hoy no es tiempo de palabras huecas ni de fórmulas políticamente correctas. Es momento de demostrar que la mejor respuesta al crimen no es el miedo, sino la firmeza de un gobierno dispuesto a sacrificarlo todo por devolver a la ciudad la tranquilidad que se nos arrebató. Clara Brugada Molina lleva en su empeño la esperanza de millones. Y aunque la sombra de este crimen se extienda, su luz —la de la justicia— brillará con más intensidad.