La Ciudad de México será un pilar en la ruta hacia la transformación de México.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 6 de septiembre del 2024.
Con la llegada de Clara Brugada a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, el panorama político de la capital se alinea de manera estratégica con el proyecto nacional impulsado por la Cuarta Transformación, liderado primero por Andrés Manuel López Obrador y próximamente por Claudia Sheinbaum Pardo. Brugada no solo se enfrenta al desafío de gobernar una de las ciudades más grandes y complejas del mundo, sino también de consolidar una misión política de gran envergadura: la continuidad de un movimiento que busca redefinir el país hacia 2030.
Desde su trayectoria como alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada ha mostrado una fuerte alineación con los principios del movimiento de la 4T: equidad, justicia social y desarrollo sostenible. Bajo su liderazgo, demostró en Iztapalapa mejoras significativas en infraestructura, servicios públicos y programas sociales, convirtiéndose en un laboratorio exitoso de las políticas progresistas que definen a Morena. Brugada ha demostrado ser una funcionaria de cercanía con la ciudadanía, implementando proyectos que buscan reducir las brechas de desigualdad, lo que la posiciona como una pieza clave en la nueva etapa de la Ciudad de México.
La importancia de su papel como Jefa de Gobierno va más allá de la gestión local. En el contexto nacional, Clara Brugada será fundamental para el éxito del proyecto político que Claudia Sheinbaum llevará al escenario nacional. Su misión será consolidar en la CDMX el modelo de desarrollo que se quiere extender al país en los próximos años: una ciudad que promueva el bienestar colectivo, una economía robusta y sostenible, y políticas que busquen justicia social y equidad.
Además, la Ciudad de México, como capital y epicentro político del país, es un termómetro para medir el pulso de las decisiones nacionales. Si Brugada logra mantener y fortalecer las bases de apoyo que el movimiento de la 4T ha construido en la ciudad, esto significará un impulso decisivo para las políticas de Sheinbaum. En este sentido, su gestión será crucial para asegurar que la CDMX siga siendo un bastión del obradorismo y, a su vez, el laboratorio desde donde se proyecten nuevas ideas hacia el resto del país.
Con miras al 2030, Clara Brugada tiene la oportunidad de dejar un legado no solo como gobernante local, sino como una líder política de proyección nacional. La Ciudad de México será un pilar en la ruta hacia la transformación de México, y Brugada es, sin duda, una de las figuras que definirá esa dirección. La nueva Jefa de Gobierno tiene la responsabilidad de mantener el ímpetu del movimiento, forjar nuevas alianzas y asegurar que la ciudad siga siendo el corazón de las aspiraciones políticas, sociales y económicas de la 4T.
El reto es enorme, pero Clara Brugada ha demostrado tener el carácter, la capacidad y la visión para enfrentarlo.