Política

Clara Brugada: La Fuerza que Gobierna el Corazón de México.

No improvisa, ejecuta. No promete, cumple. No teme, enfrenta.

Por: La Palabra Política.
CDMX, 16 de octubre del 2025.

La historia de la Ciudad de México siempre ha estado escrita con la tinta de sus grandes transformaciones. Pero pocas veces una mujer, con la fuerza, la convicción y la claridad de propósito como Clara Brugada Molina, ha logrado que esa transformación se sienta, se vea y se viva en cada rincón de esta gigantesca metrópoli. Su primer informe de gobierno no fue un acto protocolario: fue un mensaje de poder político, de sensibilidad social y, sobre todo, de liderazgo.

Clara Brugada Molina, Jefa de Gobierno de la CDMX.

Clara Brugada llegó a su primer año de gobierno como Jefa de Gobierno de la capital del país, consolidándose como uno de los pilares más firmes del proyecto político que ha cambiado la historia reciente de México: la Cuarta Transformación. Su discurso no necesitó de cifras frías o tecnicismos de escritorio. Su mensaje fue claro, contundente y con alma. Mostró lo que muchos políticos olvidan: que gobernar no sólo es administrar, sino entender, escuchar y transformar.

Desde su llegada al gobierno capitalino, Brugada ha demostrado que la fuerza de la transformación no sólo es una consigna, es un estilo de vida. Heredera del legado de lucha social y del espíritu de barrio, ha logrado traducir en acciones concretas los ideales que por años defendió en las calles, en los foros, en los espacios donde el pueblo alza la voz. Hoy, esa voz tiene eco en el gobierno de la ciudad más grande del país.

Su primer informe fue un retrato vivo de lo que significa gobernar con compromiso y con el corazón. Frente a una ciudad diversa, demandante y compleja, Clara Brugada habló con serenidad, con certeza y con la legitimidad que sólo otorga el respaldo popular. No improvisa, ejecuta. No promete, cumple. No teme, enfrenta. Y eso la ha convertido en una figura política de peso nacional.

Con el respaldo absoluto de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y el acompañamiento político de su gabinete, Clara Brugada mostró que la Ciudad de México camina con rumbo firme, con una administración que no se queda en el discurso, sino que se mide por resultados tangibles. Su gobierno ha logrado tender puentes con todos los sectores: con los alcaldes de su propio partido y con los de oposición, con líderes sociales y con empresarios, con jóvenes que buscan oportunidades y con adultos mayores que hoy sienten el cobijo de un gobierno que los mira, los escucha y los atiende.

En medio de los embates políticos, de los ataques mediáticos, de los intentos por desdibujar su figura, Clara Brugada se mantiene firme. Sabe a qué llegó. Sabe lo que representa. Sabe que su papel trasciende los límites del gobierno local. Porque su presencia política ya no sólo pertenece a la Ciudad de México, sino a un movimiento que la ve como una figura clave en el proyecto de nación que encabeza la Presidenta Sheinbaum.

Brugada gobierna con sello propio. No busca imitar, sino innovar. No repite fórmulas, crea las suyas. En su gestión hay un equilibrio entre el idealismo de la izquierda social y la eficacia administrativa que exige una urbe como la capital. Su gobierno respira política, pero también gestión; combina sensibilidad con firmeza, cercanía con decisión.

En su primer informe no sólo habló la Jefa de Gobierno, habló la mujer que representa el esfuerzo de miles, la lideresa que inspira, la política que transforma desde el territorio, desde las colonias populares, desde las avenidas donde late el corazón del pueblo capitalino.

Clara Brugada Molina no sólo gobierna la Ciudad de México: la entiende, la siente y la defiende.

Y en esa comprensión profunda del alma chilanga, en esa convicción de que la transformación no se decreta sino se construye, radica la esencia de su liderazgo.

Su informe no fue un cierre, fue un punto de partida. Porque si algo dejó claro, es que este gobierno apenas comienza su ruta: la de consolidar una capital justa, moderna, solidaria y humana. Una ciudad donde la política no se escribe desde los escritorios, sino desde las calles, donde el poder no se impone, se comparte.

Hoy, Clara Brugada se levanta como una figura clave de la 4T: firme ante la adversidad, sólida ante la crítica y cercana ante el pueblo. Su voz, su fuerza y su ejemplo confirman que en la Ciudad de México, la transformación tiene rostro de mujer.

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