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Chiapas Renace: La Visión Social y Económica de Eduardo Ramírez Aguilar.

Eduardo Ramírez Aguilar está sembrando proyectos con raíces profundas en la comunidad chiapaneca.

Por: La Palabra Política.
Chiapas, 29 de abril del 2025.

Cuando hace apenas unos meses el doctor Eduardo Ramírez Aguilar tomó posesión como gobernador de Chiapas, pocos imaginaban la velocidad con que imprimiría dinamismo a una de las entidades más diversas—y a la vez más desafiadas—del país. Hoy, en este balance temprano de su administración, se ve clara una apuesta estratégica: consolidar las bases sociales antes que los grandes discursos, y apuntalar la economía familiar antes que las grandes obras megalómanas.

Doctor Eduardo Ramírez Aguiar, Gobernador del Estado de Chiapas.

Desde el primer día, Ramírez Aguilar puso el foco en lo esencial: maximizar cada peso que pisa la tesorería estatal, sin descuidar el pulso de las comunidades indígenas que dan a Chiapas su riqueza cultural única. El resultado: un presupuesto dirigido a fortalecer la economía local, con programas que van desde incentivos a microempresarios hasta apoyos directos para campesinos y artesanos. La lógica es simple, pero poderosa: un Estado sólido se construye, primero, con familias seguras.

““Tengan la certeza de que nosotros, como autoridad, haremos nuestro trabajo, pero necesito que el pueblo de Chiapas también haga el suyo”

Dr. Eduardo Ramírez Aguilar
Gobernador del Estado de Chiapas
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Economía con rostro humano.

La modernización de los procesos de recaudación y la transparencia en el uso de los recursos han sido banderas claras de la nueva administración. Gracias a ello, hoy Chiapas ofrece a inversionistas un entorno más confiable, con normas claras y menos trámites burocráticos. Esto ha abierto las puertas a proyectos de turismo ecológico—uno de los nichos con mayor potencial del estado—y al fortalecimiento de cadenas de valor artesanales, donde los bordados de Zinacantán y la cerámica de San Cristóbal encuentran nuevos mercados, incluso en el extranjero.

Al mismo tiempo, el gobierno de Ramírez Aguilar no olvida que el motor real de cualquier sociedad no son las cifras macroeconómicas, sino las personas. Por ello, sus políticas de impulso al empleo han priorizado a quienes viven en las regiones más alejadas, acercando capacitación técnica y créditos blandos para que los jóvenes inicien sus propios negocios sin migrar. Hoy, municipios que antes solo exportaban mano de obra, empiezan a retener talento.

Chiapas como destino integral.

La promoción de Chiapas como un destino no sólo turístico, sino de inversión cultural y científica, ha llevado al Estado a ferias reconocidas donde se mezclan los colores de la marimba con propuestas de energías limpias —otro pilar en el “Segundo Piso de la Cuarta Transformación”. De la mano de la federación, el gobierno estatal busca equilibrar su riqueza natural con la sustentabilidad, perfilando parques ecoturísticos que contribuyan a la conservación de la selva, sin cerrar las puertas al progreso.

Sembrando futuro en la niñez.

Quizá el capítulo más emotivo de esta estrategia integral es la inversión en la infancia chiapaneca. Ramírez Aguilar anunció un ambicioso paquete de apoyos que incluye becas escolares, clínicas móviles de salud en las zonas marginadas y canchas deportivas en comunidades rurales. La consigna es clara: un niño sano y educado es la semilla de un Chiapas próspero.

Con acciones concretas —desde computadoras en aulas multigrado hasta campañas de vacunación casa por casa—, el gobierno estatal quiere asegurarse de que las próximas generaciones no solo sueñen con un futuro en sus tierras, sino que lo construyan aquí mismo.

Un modelo replicable.

Lo que distingue a este arranque de gestión es la capacidad de combinar visión social y pragmatismo económico. Chiapas no presume de grandes megaobras; en cambio, exhibe la pulcritud de un ejercicio presupuestal que busca el impacto real en la vida diaria de sus habitantes. Esa sencillez, unida a una comunicación cercana y transparente, convierte a Chiapas en un laboratorio de gobernanza para otras entidades.

Eduardo Ramírez Aguilar no está cumpliendo promesas que la gente olvidará con facilidad; está sembrando proyectos con raíces profundas en la comunidad. Su Chiapas es aquel que mira con esperanza a la selva y a las montañas, pero, ante todo, a los ojos de sus ciudadanos, confiado en que un Estado fuerte nace de familias fuertes, de niños sanos y de culturas vivas. En menos de seis meses, el “rearme” de Chiapas ya asoma resultados palpables: un faro de lo que significa consolidar y fortalecer un proyecto de nación desde el corazón del Sur sureste.

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La Palabra Política

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