Tres pilares fundamentales: honestidad, imparcialidad y resultados.
Por: La Palabra Política.
CDMX, 23 de octubre del 2025.
En tiempos donde la política se mide más por los titulares que por los resultados, surge una figura que rompe con esa inercia. Bertha Alcalde Luján, Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, ha sabido convertir el ruido mediático en fuerza institucional. No lo hizo desde la confrontación, sino desde la eficacia. Desde los hechos. Desde la justicia aplicada sin estridencias, pero con contundencia.

Porque mientras los reflectores buscaban debilitar su imagen con etiquetas heredadas de la política familiar, ella eligió hablar con resultados.
Y en el México actual, eso vale más que mil discursos.
La tormenta y la firmeza.
Desde su nombramiento, Alcalde Luján fue blanco de los medios hegemónicos que, incapaces de cuestionar su capacidad jurídica, atacaron su apellido. Le construyeron una tormenta política: campañas en redes sociales, artículos manipulados y juicios mediáticos disfrazados de opinión.
Pero nada de eso cambió un hecho fundamental: su trabajo habla más fuerte que cualquier titular.

“Que la justicia se haga costumbre”.
Mtra. Bertha Alcalde Luján
Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México.
Con serenidad y profesionalismo, la Fiscal ha sostenido un proyecto de justicia basado en tres pilares fundamentales: honestidad, imparcialidad y resultados.
Y hoy, en pleno 2025, la Fiscalía General de Justicia de la CDMX se consolida como una de las instituciones más confiables del país, con indicadores de eficiencia procesal y atención a víctimas que reflejan un cambio tangible.
Hechos, no discursos.
Durante este año, la gestión de Bertha Alcalde ha marcado hitos concretos:
- Fortalecimiento de las Unidades de Investigación de Delitos de Alto Impacto, con un enfoque especializado en feminicidios, extorsiones y delitos cibernéticos.
- Modernización tecnológica de los Ministerios Públicos, permitiendo una atención más rápida, digital y humana.
- Coordinación directa con la Secretaría de Seguridad Ciudadana, bajo el mando del Mtro. Pablo Vázquez Camacho, para cerrar el círculo entre prevención y justicia.
- Y sobre todo, una política firme de atención integral a las víctimas, que prioriza la empatía y el acceso real a la justicia.

La colaboración con el Gobierno de la Ciudad de México ha sido clave. La visión de la Jefa de Gobierno y el trabajo técnico de la Fiscalía se complementan para fortalecer un modelo de seguridad y justicia que funcione, no que se presuma.
Más allá del ruido político.
En un país donde las campañas políticas suelen ensuciar más que aclarar, la figura de Bertha Alcalde Luján emerge como un ejemplo de resistencia institucional.
No es una funcionaria que grita; es una mujer que construye. No busca protagonismo; busca justicia.
Y eso, en medio del constante golpeteo de la oligarquía mediática, la convierte en un símbolo de la nueva generación de servidores públicos: firmes, preparados y con resultados comprobables.

Sus detractores hablaron de herencia política. Ella les respondió con transparencia, trabajo y eficiencia.
Intentaron convertir su apellido en un lastre, y terminó convirtiéndolo en una insignia de integridad.
La justicia que se siente.
Hoy, la ciudadanía no necesita discursos: necesita resultados.
Y los resultados de la Fiscalía de la CDMX se reflejan en los rostros de quienes han obtenido justicia, en los casos resueltos, en las víctimas acompañadas, en los procesos que antes se estancaban y ahora avanzan.

El verdadero poder no está en el ruido, sino en el orden silencioso de los hechos.
Y Bertha Alcalde Luján, con paso firme y sin caer en el juego mediático, ha demostrado que la justicia no se defiende con gritos, sino con convicción.
La nueva era de la justicia capitalina.
La Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México no sólo ha resistido la embestida política; la ha superado.
Ha convertido la adversidad en impulso, el ataque en fortaleza, y los reflectores en una herramienta para mostrar lo que realmente importa: una justicia que trabaja, que responde y que cumple.

Bertha Alcalde Luján no es la heredera de un apellido.
Es la heredera de un propósito: hacer de la justicia un derecho vivo y accesible para todos los capitalinos.
Y en tiempos donde la verdad se mide por tendencias, ella eligió el camino menos popular, pero más trascendente: el de la verdad institucional.


