Alessandra Rojo de la Vega ha demostrado que su llegada a la alcaldía no fue un accidente, sino el resultado de una voluntad firme de transformación.
Por: La Palabra Política.
Cuauhtémoc, CDMX 29 de enero del 2025.
Gobernar la alcaldía Cuauhtémoc no es tarea fácil. Se trata del corazón de la Ciudad de México, el epicentro político, económico y social de la capital. Una demarcación donde se entrelazan los intereses de grupos de poder, la resistencia de las estructuras enquistadas y la exigencia de ciudadanos que buscan un gobierno eficaz. En medio de esta complejidad, Alessandra Rojo de la Vega ha cumplido 100 días al frente de la alcaldía, un periodo marcado por determinación, retos y una lucha constante contra lo que se podría llamar «las herencias malditas» del pasado.
Un gobierno entre la turbulencia y la acción.
Desde el primer día de su administración, Rojo de la Vega dejó claro que no llegaba a ocupar un puesto, sino a transformar la forma en que se gobierna la Cuauhtémoc. Sin embargo, el camino no ha sido terso. En estos 100 días, ha enfrentado una serie de obstáculos que van desde la resistencia de estructuras políticas anteriores hasta amenazas directas en su contra.
Los primeros meses de su gestión han estado marcados por una ofensiva contra la inseguridad y la corrupción. Se han implementado operativos para frenar la extorsión en comercios, un problema que por años ha ahogado a empresarios y emprendedores en la demarcación. También ha liderado acciones para mejorar la infraestructura urbana, con la instalación de miles de luminarias y la rehabilitación de espacios públicos abandonados.
Pero cada paso adelante ha sido un golpe directo a los intereses de quienes por años han controlado la Cuauhtémoc. No es casualidad que, a poco de asumir, Rojo de la Vega ha denunciado amenazas de muerte en su contra. Gobernar con determinación tiene costos, y ella los está pagando.
La lucha contra el viejo régimen.
La Cuauhtémoc ha sido un bastión de poder para diversos grupos políticos, y con su llegada, Rojo de la Vega rompió con una inercia que parecía inamovible. Su victoria en las urnas fue una afrenta directa contra Morena y el grupo de los Monreal, quienes durante años tuvieron el control de la alcaldía.
La resistencia al cambio no se hizo esperar. Desde impugnaciones para evitar su llegada hasta intentos de boicotear su administración, los ataques han sido constantes. Sin embargo, en estos 100 días ha demostrado que su estilo de gobernar no es el de la confrontación sin rumbo, sino el de la acción concreta.
Construyendo puentes con Clara Brugada.
Si bien la contienda electoral dejó cicatrices en la relación entre el gobierno central y la Cuauhtémoc, la realidad ha obligado a buscar acuerdos. En una jugada política inteligente, Rojo de la Vega ha logrado construir un canal de comunicación con la jefa de Gobierno, Clara Brugada. Ambas han demostrado que es posible gobernar con madurez, más allá de ideologías y partidos.
La cooperación entre ambas administraciones ha permitido avanzar en proyectos clave para la seguridad y el desarrollo de la demarcación. Este es un mensaje claro para la clase política: se puede gobernar con acuerdos sin perder la esencia de cada proyecto político.
El futuro: una lucha que apenas comienza.
Los primeros 100 días han sido solo el prólogo de lo que será un gobierno marcado por la resistencia al cambio. La Cuauhtémoc no es una alcaldía cualquiera; es el tablero donde se juegan grandes batallas políticas. Los enemigos de Rojo de la Vega no han desaparecido, y sus detractores siguen buscando la forma de debilitar su administración.
Sin embargo, ha dejado en claro que no piensa retroceder. Con un gobierno basado en la acción y no en el discurso vacío, Alessandra Rojo de la Vega ha demostrado que su llegada a la alcaldía no fue un accidente, sino el resultado de una voluntad firme de transformación.
Los próximos meses serán clave. La lucha por gobernar sin presiones y sin miedos continúa. Su administración no tendrá paz, porque la política en la Cuauhtémoc nunca la ha tenido. Pero si algo ha dejado claro en estos 100 días es que está dispuesta a dar la batalla, sin importar las sombras que intenten acechar su camino.
